No happy endings for me? (Tom Hiddleston/ Benedict Cumberbatch Fan Fic)

Capitulo 3.

-Lo lamento tanto, Alex. Nunca me había dado tanto trabajo encontrarle a alguien un lugar en la industria del cine.- se disculpó Anthony varios días después en la cafetería.
-Oh, Anthony haz perdido tu toque.- le respondí dramáticamente mientras servía su café. La verdad era que no había perdido su toque, a lo mejor yo era realmente mala en la actuación. Y eso me desilusionó poquito.

Bueno, el señor Reynolds y yo nos habíamos hecho buenos amigos. El seguía intentando meterme en varias obras de teatro que salían pero, o yo tenía muy mala suerte o en verdad era un asco como actriz.

"Pero fuiste la mejor de la generación" mi consciencia habló dándome ánimos.
"Pues no resulta de gran ayuda en el mundo real" le respondí pesimista.

Las semanas pasaron y cada vez me sentía todo un fraude. Pero yo seguía de pie enfrentando los fracasos. Me daba aliento y me animaba a seguir adelante. "Ya vendrán tiempos mejores" me decía una y otra vez.

Una tarde de agosto, Anthony llegó muy atolondrado a la cafetería.
-¡Vámonos! Te acabo de conseguir algo.
-Pero yo...- aún no acababa mi turno, y todavía tenía varias mesas que atender.
-Alexa, hazme caso. Vámonos ahora.
Miré a Robert, el Manager del lugar. Me acerqué a él y después de explicarle lo que sucedía y de prometerle que dejaría mis propinas de aquel día me dejó marchar. Me despedí de Mel y le prometí que la tendría informada de todo.

Me subí al coche de Anthony con un nudo en el estómago, al fin tenía oportunidad de desarrollarme en mi carrera.
-Escucha querida. Es algo muy bueno, es el trampolín que necesitas.- dijo arrancando el motor de su viejo Volkswagen.

-¿De qué se trata?- pregunté con la emoción a flor de piel.
-Bueno, antes que nada debo explicártelo.- asentí mientras jugaba con la manga de mi suéter.- Un viejo amigo, Joss Whedon, está en la ciudad...
-¿Joss Whedon? ¿El director cinematográfico?- pregunté sorprendida abriendo mucho los ojos.
-Espera, si es él. Bueno, le hablé de ti y de tus dotes, le platiqué la difícil situación por la que estamos pasando y quiere conocerte.
-¿Que quiere conocerme? Oh Dios mío, y yo en estas fachas- dije mientras bajaba la sombra del parabrisas para verme en el espejo e intentaba arreglar mi cabello.
-Desgraciadamente por ahora no está haciendo castings. - lo volteé a ver con duda en toda la cara.
-¿Cómo? Entonces...
-Escucha, sé que esperabas un papel en la nueva película que está por dirigir pero... Ya no tiene vacantes. Sin embargo te quiere como asistente.

Ok, en ese momento se me cayó la quijada y el estómago explotó de nervios. ¿Yo, asistente de un reconocido director? Era simplemente... Fantástico, y extraño. Mi nerviosismo aumentó cuando me di cuenta de que estábamos entrando en Beverly Hills.

-O sea que... ¿debo hacerle los mandados?- pregunte alzando una ceja.
-Pero sólo por ahora, me prometió que te tendrá en mente para la próxima película.
-Anthony, yo...
-Lo se cariño, no es lo que esperabas pero puede ser tu empuje.- dijo emocionado.
-...creo que es fantástico, muchas gracias. Es lo mejor que podría pasarme después de tanto tiempo.- dije sonriente y le planté un beso en la mejilla.

Anthony aparcó frente a una muy lujosa mansión, nos registramos en la caseta de vigilancia y después de ponernos unos horrendos gafetes de "visitante" entramos a la casa.
Yo estaba realmente sorprendida ante todo lo que veían mis ojos. Muebles realmente bonitos, cuadros costosos y esculturas hechas de un material parecido al mármol.
"Eso o si es mármol genuino" me decía mi consciencia.

El piso era de azulejos blancos y negros, me sentía como en un tablero de ajedrez enorme.
Cerré la boca después de verme en el reflejo de un jarrón sobre una mesa de finas patas cerca de la sala de estar, donde se encontraba Joss.

-Anthony, amigo. No te esperaba hasta dentro de una hora.- saludó poniéndose de pie con los brazos extendidos a Anthony.
-Creo que la emoción me ganó viejo amigo, mientras más tiempo este contigo mejor.- dijo respondiendo el abrazo.- Mira ella es Alexa. Es la chica de la que te hablé.