¿Me pierdo?

59 1 0
                                    

Escribía sobre él y sobre el amor antes de haberlo conocido, escribía como si me hubiese enamorado, e incluso cómo me desagradaban los falsos amantes que trataban de querer para frenar sus miedos y no comprenden que la vida tiene ventajas si aprendes a observar los detalles. Pero la vida es un espejo y fui una de esas falsas enamoradas, soy tantas cosas como tú, te entrego un diario con las cientos de almas que tengo en mi interior, no solo un diario de mi amor por él, antes de él existía, cantaba y escribía, tratando de drenar el remolino que llevo adentro y que solamente a través de letras me deja vivir, aprendiendo a cada segundo a sonreír en medio de las tristezas, a no llorar con tus palabras, sean malas o sean buenas, me hacen daño no por ser tuyas, si no porque cada letra me recuerda a tu olvido, a qué ya no tendré una vida junto a ti, aunque ya me an dicho que existen más personas en el mundo, pero el problema es que no creo encontrar a alguien que piense de la misma manera, a alguien que sea como yo, quizás por eso chocaban nuestros pensamientos, éramos igual, y al serlo éramos arrogantes. Somos inmaduros, solo es que nuestras almas se juntaron en un momento no indicado, coincidieron nuestras personalidades en un momento el cual no están preparadas. Recuerdo aquel primer beso, estábamos sentados en un pequeño muelle, el frío nos envolvía y nuestra piel se ponía de gallina, el viento hacía que las hojas de los árboles sonaran delicadamente, la madera crujía si nos movíamos, el agua soñaba cuando chocaba con la madera, no había luna esa noche, y las únicas que nos alumbraban eran las estrellas, mis piernas estaban cruzada, tú mano derecha estaba tocando mi cintura delicadamente, moríamos de frío en ése momento, estábamos temblando, me sentía extraña, quería besarte pero a la vez no quería, quería saber qué pensabas ya que me mirabas directamente a los ojos, me mirabas con ganas de decir algo, pero el silencio no significaba nada, las miradas estaban haciendo el trabajo de la voz, te acercaste lentamente, me tocaste la mejilla con tu mano abierta.. me acariciabas lentamente mientras tus labios se acercaban a los míos, me besaste, yo te seguí pero moría de vergüenza, no sabía qué hacer, mis manos estaban paralizadas, y mi mente estaba gritando pero de alegría, quería hacer eso desde hace mucho, mientras me besaba lentamente y delicadamente en mi mente pasaba el porqué lo había hecho, de sí de verdad le gustaba, de si solo estaba jugando, tenía muchas dudas pero no me importaron.. controlé mi mente y me dejé llevar un poco, dejé mi mente en blando y decidí dejar que las cosas pasaran.. que pasaran como un rio.

Mi pequeño diario. Where stories live. Discover now