¿Me huele la vagina?

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-Sentía cómo la espuma resbalaba por mi cuerpo, quería ponerme guapa, quería provocarlo y hacerle sentir único entre mis piernas.
Me puse el camisón transparente y le esperé sentada en la silla con mis piernas abiertas.

Había preparado su cena favorita, le compré  aquel batín  que tanto le  gustaba y aquella crema corporal comestible que aún no habíamos estrenado, la cogí y me la  puse por todo el cuerpo quería ser toda suya.

La puerta se abrió yo impaciente lo esperaba con una sonrisa, entró me dio un beso en la frente y me dijo, vengo cansado voy  acostarme ya.
Se cambió de ropa y se acostó.
Vendrá cansado pensé, así que me metí en la cama y empecé a acariciar su miembro.
Voy a relajate, para   que duermas bien.

Quieres f0llar?
Me preguntó en tono muy seco.
Sí, supongo. Hace más de mes y medio que no me tocas.
Venga
Me puso de rodillas y como venía siendo costumbre las últimas  veces, me penetraba de espalda, eyaculaba y se iba.
No, quiero que me be...
Pero ya estaba encima. Poco a poco su pene fue aflojando, nunca antes había tenido un gatillazo le pregunté qué le pasaba!! Después de tanto  tiempo aquello no era normal.
Se enfadó muchísimo, me empujó y me dijo, la culpa es tuya, te huele muy mal la vagina.

Yo sentí morir de vergüenza en ese momento.
Me olía mal la vagina!!
Estaba recién duchada, no tenía la regla y mis braguitas estaban limpia.
No olía nada!! Cómo era posible?
Al día siguiente fui a mi ginecólogo y le comenté, muy cortada, lo que me había pasado. Me hicieron un estudio, todo salió bien. No tenía nada!! Entonces, por qué no quería hacer el amor conmigo?

Las siguientes semanas tomaron la misma dinámica, venía tarde, cenado y a penas me tocaba.
Lavate?
Hueles mal!!
Me dolía, me sentí sucia, tan poca cosa que dejé de pedirle que hiciera el amor conmigo.
Un día le vi la camisa llena de carmín y el cuello marcado, un chupetón o algo así.
Me dijo que estaba loca, que en vez de inventar lo que tenía que hacer era lavarme más la vagina.
Me dolía!!
Y acababa sintiendome otra vez tan poca cosa que dejé de enfrentarme y aceptar que  para él, sólo era la  cornuda  apestosa a quien ya casi ni miraba.

Llegó el sábado, el primer sábado de cada mes salía con mis amigas. Íbamos al mismo bar y luego a bailar y allí conocí a Miguel.
No era el hombre más guapo pero cómo me miraba, cómo me hablaba y que bien me hacía sentir cuando estaba a su lado.!!
Así que una noche me atreví a salir con él.
Me besó tan apasionado, me quitó la ropa, acarició mis pech0s y cuando su lengua fue bajando por mi ombligo, me encogí, sentía miedo!!
Tranquila, me dijo
Y su lengua llegó a rozar mi clít0ris.  
Allí estaba yo disfrutand0, gozand0 después de tanto tiempo sin tener un buen 0rgasmo.
Me huele mal la vagina?
Le pregunté.
Es la más rica que he probado en mi vida.
Mi vagina no tenía ningún problema, el problema era que se había acostumbrando al olor de las pu_tas a quien pagaba. Me enteré después.

Así que me separé y me fui a vivir con Miguel.
Después de siete meses un día llamó a mi puerta.
Era mi ex marido.

Le dejé pasar.
Esperas a alguien? Me preguntó.
No, por qué?
Por la cena tan deliciosa que hay preparada.
En ese momento salió Miguel con el batín que era para él, pero que nunca miró.
Y me dijo con tono enfadado, esa era mi cena, mi batín y mi mujer.
Sí, le respondí.
Ahora es de él, incluso mi vagina.

Y es que, lo que uno no sabe valorar y desprecia, para otro es lo más bello e importante.
Ya no podía volver con él porque mi vagina tenía el olor de otro hombre.

Rosen Jade

Mi pequeño diario. Where stories live. Discover now