Linaje: McCartney © [SIN EDITAR-ERRORES ORTOGRÁFICOS]

Extra#6 Brais McCartney.

—¿Podrían dejarse de mover? Qué niños tan inquietos.

Observo con el ceño fruncido mi vientre, donde mi notable  embarazo de cinco meses se deja ver por la tela holgada de mi vestido blanco. Falta un mes para tener el parto y por eso no me extraña que estén tan inquietos en estas semanas. Cuando me enteré que estaba embarazada de nuevo, y que además de mellizos—niño y niña—, estaba que no cabía de emoción. Ni siquiera hago mención de la reacción de Liam. Una tonta sonrisa se forma en mis labios cuando ese recuerdo vuelve a mi mente. De verdad pensé que Liam iba a desmayarse cuando le dije que íbamos a ser papás de nuevo, pero que esta vez iba a ser un dos por uno. Claro, en ese momento el pobre no me entendió ni un poco pero después como si algo hiciera click en su mente; la sonrisa que le siguió a su expresión de sorpresa es algo que nunca olvidaré.

Yo sabía que él iba a ser un excelente padre. Cada vez que lo veo con Drac siento un nudo en mi garganta. Y aunque solo tenga tres años, esos ojos de diferentes tonalidades observan con una adoración a Liam que...¡Por lo Dioses! Solo pensarlo una magnitud de sentimientos recorren mi cuerpo.

Cuando pienso en el Liam de antes; ese halo de infelicidad que lo rodeaba, las miradas desconfiadas de esos ojos de diferentes tonalidades que no tenían ningún deseo de vivir, de emoción. Al comparar al hombre que es ahora. Es un cambio muy radical. Sin embargo todavía hay rasgos muy suyos que siguen presentes en su personalidad, como el hecho de que sigue igual de callado y sereno ante cualquier situación. Esa amabilidad y esas ansías de hacer cumplir las expectativas que esperan de él. Por eso me llena de felicidad verlo hacer su papel de Alfa, un papel que le queda a la perfección cabe mencionar, porque cada decisión la toma con el único deseo de que su manada sea la beneficiada. Y los cambios son más que notorios, por no mencionar que la población de híbridos ha aumentado considerablemente.

—¿Qué pasó con las bebidas? ¿Acaso se te olvidaron?

Salgo de mis pensamientos y fijo la mirada en el umbral del enorme y elegante comedor, donde mi querida Beta con su enorme panza de siete meses de embarazo, me observa con confusión.

—Cuando iba hacia la cocina a decirle a una de las chicas que nos trajeran algo de beber, mis queridos hijos les dio por empezar a bailar.—le digo mientras paso una mano por encima de mi abdomen. —Yo creo que ambos serán el triple de inquietos que Drac.

—Eso es porque Drac es la viva imagen de Liam.—dice mientras se acerca y toma asiento en la silla que está a mi lado. Bajo la mirada a su abdomen, aunque ella lleva más meses que yo ambas parecemos que estamos a punto de explotar. —Esos mellizos saldrán idénticos a ti. Ya pagarás todos los años que me hiciste pasar.

—Bueno mi querida Beta, yo que tú no hablo mucho porque tienes a un par de gemelas ahí.—respondo y sonrío de medio lado. —Sólo la Diosa Luna sabrá lo que es tener que aguantar a dos pequeñas Aileen empezar hacer desastres por toda la mansión.

—¿Te lo puedes imaginar?—sonríe con malicia. —Duke tendrá que encargarse. Yo le saldré con la excusa de que ya las llevé en mi vientre por siete meses.

Ambas reímos con sonoras carcajadas. Ya extrañaba tener a mi querida Beta en la mansión. La última vez que la vi fue cuando se organizó el matrimonio de ella y el tonto Demonio hace menos de un año. Tengo que decir que fue el matrimonio más extraño y emocionante al que he asistido. Digo, no todos los días ves asistir a los últimos demonios sobre el mundo mortal; asistir a una boda.

—Por cierto...—su voz me saca de mis pensamientos. —¿Te haz enterado que las tres manadas nómadas que hay en los altos territorios de México fueron atacadas?

—¿Qué?—frunzo el ceño con fuerza.

Aileen asiente y juega con su largo cabello negro.

—Dicen que se trataba de un grupo de exiliados.