Parte 8: Las decisiones

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La cita de Luan fue una de las mejores experiencias de su vida. A pesar de que Benny no había hecho nada romántico, se esforzó por hacer que se la pasaran como nunca. Después de estar unas horas en el parque, salieron a caminar por la ciudad. Jugaron un poco a los bolos, compraron unos helados, charlaron en un café, vieron peces en un pequeño acuario... En fin, que su cita fue una experiencia completamente alucinante.

Luan se divirtió mucho, pero la actitud de Benny a veces adoptaba matices nerviosos, nada propio de él.

- Benny, no estás nervioso, ¿o sí?

- Bueno, ¿cómo no voy a estar nervioso? Es la primera cita que tengo, y con una chica linda, además.

Luan se sonrojó un poco ante las palabras de Benny. Luego algo le extrañó.

- ¿Primera cita? Creí que ya tendrías práctica, esta fue una cita fantástica.

- Pues fue instinto, supongo. Al fin y al cabo, divertir gente es nuestro trabajo, ¿no?

Chiste de comediantes. Luan le correspondió la gracia con una risa.

- Sí, es cierto. También es mi primera cita -añadió la castaña en un susurro.

Ahora era Benny el sorprendido.

- ¿Tú? Creía que hacían fila para invitarte a salir.

Luan se volvió a sonrojar. Agradecía sus palabras, pero obvio no era algo a lo que estuviera acostumbrada.

- Pues ya ves que no. ¡Oh, dios! Ya es muy tarde. Creo que ya me tendré que ir. Gracias Benny, en serio me ayudaste. Eres mi mejor amigo. 

- Sí... De nada -a pesar de su sonrisa, Luan detectó el dolor detrás de las palabras de su amigo. Dudó al pensar en ello. ¿Acaso a Benny le...? No, no era posible. ¿Pero... y si así era? 

Por impulso, se acercó a él y le dio un beso en la mejilla. Benny se puso de un rojo intenso, y Luan temió que tuviera razón. ¿Le gustaba a Benny? ¿Le gustaba él a ella? No sabía... pero se sintió bien al ver como tartamudeaba y se quedaba sin habla.

- Este... Nos vemos.

Se retiró, dudando si había hecho lo correcto. Cuando regresó a su casa, no dio respuestas muy claras cuando le preguntaron cómo le había ido, solo mencionó que le fue bien. Se dio cuenta de que Lincoln no estaba muy interesado en saber como le fue, y le molestó. Se marchó, eliminando los vestigios que le habían dado sus hermanas a su figura. Se empezó a fijar en los puntos a favor que tenía su cuerpo, algo que no había hecho antes en su vida. Pero ahora que podía salir con un chico, puso atención. Su cara no estaba mal, pero mejoraba bastante al traer el pelo suelto. Sus caderas eran un poco anchas, su altura era envidiable, sus pechos tenían un tamaño considerable. Y por supuesto, los colores llamativos la favorecían, a diferencia de los oscuros. Los ojos grandes le daban un gran toque. Se estaba mirando su trasero de buen tamaño, cuando alguien entró.

- Luan, mamá dice que si vas a querer cen... Oh -Luna se frenó al ver a su hermana menor admirándose en el espejo. La comediante se compuso con rapidez, pero aún así la vergüenza le acudió al instante- Le diré que te guarde un plato -y cerró la puerta.

Luan advirtió la sonrisita en los labios de Luna, y se preguntó si la guitarra favorita de la rockera sobreviviría esa noche. Decidió dejarlo pasar por el momento.

Benny le había dicho que era bonita... Ningún chico se lo había dicho nunca. Se sintió algo halagada cuando sospechó que le gustaba a Benny, pero no sabía si quería o no tener una relación con él. Aún había noches en las que el pensamiento de Lincoln la mantenía desvelada. Pero pronto descubrió que apreciaba mucho estar con Benny. Si fueran pareja incluso lo querría aún más. 

La broma del amorNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ