Parte 16: La reunión

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...

Lemon. Advertidos.

Ninguno de los dos quería que ni Clyde ni Luna los oyeran, de modo que se adentraron un poco en el bosque. No dijeron nada, pero la tensión estaba en el aire, y los dos temían lo que podría pasar. Sin embargo, el bosque les mostraba las maravillas que resguardaba en su interior, alejados de la influencia de la humanidad. Oyeron el rumor de una cascada que se desplomaba tranquilamente en un lago. Las plantas que rodeaban la escena eran espectaculares. No brillaban mucho, pero se hacían notar por una belleza que irradiaba en lo simple. La luz de la luna se reflejaba en el lago, y las estrellas iluminaban hasta los más pequeños rincones del bosque.

Unos conejos se acurrucaban el uno contra el otro en la hierba, compartiendo una planta que habían encontrado. Los grillos cantaban alegremente desde las sombras. Era una vista hermosa. Los dos contemplaron el pequeño paraíso que se desplegaba ante sus ojos, temiendo romper el silencio, pero ansiando dejar todo salir. Lincoln tomó aire. Sin voltear a ver a Luan, comenzó a hablar, con la cabeza gacha.

- Luan... No sabes cuanto lamento haberte besado. Yo... No estaba pensando en ese momento...

Luan no contestó de inmediato, pero cuando lo hizo, su voz se oyó quebrada.

- Lincoln... No sé que esté pasando por tu cabeza... Pero quiero escuchar cada razón que te haya impulsado a hacerlo.

Lincoln sintió miedo, pero sabía que le debía una explicación.

- Ok... Pues... Todo comenzó cuando éramos niños...

Luan se sorprendió.

- ¿Cómo?

- Pues, cuando me lastimé, ¿recuerdas? Fue cuando empezaste a querer ser comediante. Me sentí muy triste, y tú me hiciste reír. Nos quedamos esperando a papá, y me contabas chistes. Me sentí mejor, y desde ese día empezamos a jugar mucho más...

Luan escuchaba, atenta a lo que decía.

- Pero crecimos... Tomamos caminos distintos. Nos gustaban diferentes cosas, y aunque no nos peleamos ni nada, dejamos de hablar poco a poco.... Pero luego vino el baile de fin de año.

Luan tragó saliva, recordando esa noche tan bien como él.

- Te sentías devastada por ese chico que solo te usó... Y bailamos para que te sintieras mejor...

La calidez de sus brazos, el lento ritmo de la música, esos instantes de felicidad... Claro que recordaba esa noche.

- Me sentí mucho más cercano a ti como nunca antes... Te apreciaba cuando me hacías reír, pero en ese momento... Sentí algo más. Quería estar contigo, hasta que te sintieras mejor. Quería que me necesitaras para hacerte feliz... Como yo te necesito a ti para ser feliz.

Se calló unos minutos, ordenando sus pensamientos antes de continuar.

- Nos hacías bromas a todos, y cuando me lastimé por esa broma de la pared, y vi que estabas completamente arrepentida, fue cuando me di cuenta de cuanto te quería, y que no me importaba cuantas veces me lastimaras o te alejaras de mí, no podía dejar de quererte.

Luan escuchó como Lincoln empezaba a llorar, atormentado por recuerdos y sentimientos.

- Muchas chicas empezaron a seguirme. Y sí, me llegué a enamorar de Cookie... Pero por alguna razón, pensaba más en ti que en ella.

El corazón de Luan se aceleró.

- Claro, me dolió cuando cortó conmigo -prosiguió Lincoln- Pero en el fondo, me alegré, y todavía más cuando tu dejaste de salir con Benny. Todo esto que pasó, por lo que vivimos tú y yo... Eras tan buena conmigo, me devolviste la luz a mi vida cuando nadie más lo había hecho... Todo se juntó en ese momento en mi cabeza, aquí -se señaló el pecho- Y... fue por eso... que llegué a besarte... Porque... me llegué a... enamorar... de mi propia hermana.... ¡ME ENAMORÉ DE TI, LUAN!

La broma del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora