Prólogo

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La densa brisa del aire frío primaveral daba por comenzada la mañana

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La densa brisa del aire frío primaveral daba por comenzada la mañana. Con un anaranjado cielo de colores cálidos, dándole la bienvenida al sol en un precioso crepúsculo que anunciaba el nuevo día.

Mis ojos se abrían de manera somnolienta, dándole la espalda entre murmullos a la ventana que dejaba pasar sin permiso alguno la luz del amanecer. Por costumbre, sabía que debían ser las cinco de la mañana. El horario donde debíamos despertar, casi de forma programada. Pero yo siempre tan recesivo a los brazos de morfeo que me incitaban a continuar más horas de sueño en la suave, caliente y perfecta cama.

Sin resistirme, efectivamente volví a cubrirme con mis sábanas hasta la cabeza. Decidiendo que dormiría solo unos minutos más, tenía tiempo para prepararme.

Después de todo, a las seis en punto era el horario en donde debía presentarme al Pointeu Mannam, un extenso sitio donde nuestras tareas del día eran entregadas. Al menos para los adultos, yo, sin cumplir la mayoría de edad aún, tenía simples tareas de casa a comparación de cuidar de un humano como los demás ángeles.

Porque eso soy, un ángel.

-¡Jiminnie, a levantarse! -Pero entonces lo escuché. Aquella alegre e irritante voz en aquellos momentos para mí cabeza soñadora, quitándome mis mantas de encima.

-No, ¡no quiero! -Me quejé en un berrinche, volviendo a cubrirme de la luz del día que quería darme la bienvenida.

-¡No me interesa! Hoy es un día importante, no puedes faltar, no hoy.

-¿Qué es tan importante que hace que no pueda seguir durmiendo? -Resoplé, esperando alguna buena excusa a cambio.

-Sé que aún eres un bebé pequeño, pero hoy es el comienzo del colegio en la Tierra. Todos, absolutamente todos deben estar presentes porque será el sorteo de quién ganará una esfera, ¡y tú puedes ganar una! -Rápidamente negué, quitando esa posibilidad de inmediato.

-Aún tengo diecisiete.

-No importa, en semanas cumples tus diesciocho y ya eres lo suficientemente maduro como para participar en esto, ¿no es genial? -Me senté en el colchón, observando fijamente a mi amigo quien mantenía su entusiasmada sonrisa en su rostro. No entendía su buen humor a plenas cinco de la mañana.

Mi Preciado Humano [YM]Where stories live. Discover now