#3 -Dos por dos son cuatro (Parte 5)

172 25 472
                                    

- Hoy va a ser un gran día - me dije a mí misma en voz alta, mientras me estiraba y me levantaba de mi cama.

Para calentarme un poco, ya que hacía algo de frío, dí algunos tiros con el arco y las flechas en las dianas de mi habitación. A su vez, me iba vistiendo. Así me despertaba y me preparaba de manera productiva. ¡Para una vez en la vida que soy productiva y no me quejo de lo mierda que es la vida!

Salí ya aseada de mi habitación, con un semblante alegre que nada me podría quitar. No me encontré a nadie por el camino, pero al llegar al comedor, estaban ya todos desayunando.

1er piso ~ Comedor

- ¿Desayunando sin mí? ¡Qué hijos de puta! - me reí a carcajadas mientras esperaba a que Mitsuki me trajese mi desayuno.

- No es nuestra culpa que no te despiertes con los anuncios. - se encogió de hombros Gareth con la boca llena. - Además, ¡ya no me arriesgo a encontrate de nuevo con los atributos tomando aire! - todos comenzamos a reír.

El día era simplemente maravilloso.

1er piso ~ Cocina

- Mitsuki, ¿te ayudo en algo? Veo que tardas mucho en hacer el desayuno y estaba preocupada. - fui a ver cómo iba Mitsuki con mis tostas de aceite y tomate y con mi jugo de piña natural. ¿desde cuándo se tarda tanto en hacer eso?

- No... Es solo que, no encuentro... ¿Dónde estará? - Parecía que estaba buscando algo y estaba bastante agitada.

- ¿El qué? Yo te ayudo a buscarlo. - insistí

- ¿Dónde estará?...

- Ehh, Mitsuki. ¡Tierra llamando a Mitsuki! ¿Qué falta?

- La sal... no encuentro la sal... ¡Una tostada de aceite y tomate, sin sal, no es una tostada de aceite y tomate! - me dijo indignada y enfadada.

- Ya... Bueno alomejor está aquí. - abrí el armario. Y de ahí, salió...

- WAHHH. - me asusté y caí al suelo del salto que dí. - ¡¡M-monokuma!! DEJA DE DARME ESOS SUSTOS. - grité con el corazón en un puño y con el culo aún en el suelo.

- Upupu perdón, perdón. ¿Qué buscábais? - inquirió Monokuma, acercándose meloso a la repostera.

- E-estaba buscando la sal y Yumi me a-ayudaba...- dijo algo aterrada por tener a Monokuma tan cerca.

- UPUPU AJAJAJA. Ya no hay. He retirado toda la sal que hay, hubo y habrá de la cocina y de la cafetería. UPUPU.

<< - ¿Por qué ha hecho eso? - me pregunté mentalmente, mientras terminaba de limpiarme con una toallita los restos de suciedad del suelo que había en mi culo. >>

- ¿NO HAY SAL? ¿¿¡¡C-CÓMO QUE NO HAY SAL!!?? N-NO PUEDES QUITAR LA SAL. - gritó tímidamente aunque sin perder la intimidación Mitsuki.

- Ya, ya. Ya sé que es algo imprescindible en la cocina y blablablabla. - se paró y dió un salto encima de la mesa. - Peeero, que no la haya, es algo ¡imprescindible! para que mi incentivo siga en pie.

- ¿Y cómo cocino yo entonces? ¡Todas las recetas literalmente llevan algo de sal! ¡Todas necesitas algo de sal para ser lo que son! - Mitsuki seguía con una ira indescriptible en su rostro.

- No. Esa no es la verdadera pregunta... ¿Por qué has quitado la sal? - pregunté al oso, algo curiosa y asustada.

- Fácil. Porque los poseídos podrían desmayarse y no despertar en 2 días enteros si toman sal, o incluso morir de un ataque a cualquier órgano vital. Y nadie quiere que muera un arma de matar tan poderosa cómo lo son esos 4 afortunados. ¿cierto? - tras eso, el oso dió un gran salto de nuevo hacia el armario y terminó por desaparecer.

Danganpad- La era de la matanzaWhere stories live. Discover now