El misterioso Pergamino

5.6K 528 271
                                    


"Peter necesitaba toda la ayuda que pudiera obtener. Finalmente, en quinto, lo logró. Cada cual tuvo la posibilidad de convertirse a voluntad en un animal diferente."

Remus Lupin, capítulo 18, Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta.

 El Prisionero de Azkaban

El misterioso pergamino

Musicalización de Capítulo  - Golden Years David Bowie (1975)

Primero de septiembre, 1975.

 Abordé el expreso Hogwarts en la estación King's Cross, lista para comenzar el quinto año escolar.

Mi Madre, mi abuela squib, y mis hermanos mayores, que habían viajado desde Toronto, me despedían desde el andén. Entre togas, sombreros puntiagudos, baúles, escobas, lechuzas y gatos, mi familia no podía ser más muggle. Eso si no se prestaba mucha atención a los Evans, que eran otros descolocados "no mágicos" despidiendo a mi compañera, Lily. Tenía que reconocer que a diferencia de Lily Evans, mis hermanos me despedían con una auténtica calidez fraternal. Mientras su hermana, que parecía estar ahí a regañadientes, no se esforzaba ni en disimular una sonrisa cuando Lily abordó el tren.

El silbato del expreso sonó, la máquina se puso en marcha, yo me apresuré a buscar a Marlene. «¿Dónde se ha escondido aquella rubia?»

Me asomé de vagón en vagón. No la encontraba por ningún compartimiento. Era extraño, me preguntaba si no habría llegado a tiempo. Pero con su alto sentido de la responsabilidad me di cuenta que eso solo pasaría en un universo alterno, en este, jamás.

 Al asomarme en el séptimo compartimento me topé con un trío de caras familiares.

—Sirius, James, Peter—saludé.

Parecía que había entrado de una manera imprevista. Todos se hallaban apretujados admirando una especie de pergamino. Por la manera en que lo pesiaban, con ese extraño halo de devoción, me recordó un tanto a las chicas Hufflepuff con el folleto de la fiesta de San Valentín; Pero a diferencia de ellas, cuando los muchachos notaron mi presencia escondieron el papiro al instante. Sus risitas cómplices me hicieron intuir que algo se tramaban (y cuando los chicos de Gryffindor se tramaban algo, no podía esperarse que fuera algo precisamente inocente). 

—¡Macdonald!—saludó Potter sobre animado —¿Qué tal tu verano «lanzadora*(1)»? —Preguntó en tono jovial y entusiasta. 

A partir de la final de Quidditch hacía unos meses, me había creado cierta fama en el castillo. De ser una anónima, o bien, una sangre sucia sin nombre, de pronto era "La lanzadora" de Gryffindor.

—Estupendo—respondí. —¿Y qué tal el de ustedes?.

"«No me quejo », «mejor de lo que esperaba», «meh»" Contestaron desordenadamente.

Intentaban con tanto esmero actuar con "naturalidad", que no podía dejar de olerme un próximo desastre y varios días en detención, aun antes de que estos pusieran un pie en el castillo en su quinto año. Tengo que resaltar que tampoco dejé pasar el detalle de sus voces, eran mucho más roncas y varoniles, incluso la de Peter que había abandonado el tono infantil.

Si bien sus bromas y travesuras eran tan habituales que sinceramente me interesaba poco lo que tuvieran entre manos. Hacía tiempo que había aprendido a mantenerme lejos de su perímetro para evitar salpicarme de los posibles daños colaterales que desataban sus maquinaciones. 

Amiga de James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora