UNA AMISTAD ENTRAÑABLE, UNA TENSIÓN SEXUAL INSOPORTABLE ||
Ajusten sus audífonos y preparen cerveza de mantequilla, están por comenzar un viaje al Hogwarts de los años 70's
→HISTORIA TERMINADA
→ MISTERIO ♥ COMEDIA ♥ AMISTAD ♥ DRAMA
—Sirius Black demostró ser capaz de matar cuando tenía dieciséis años — dijo Snape en voz baja—. No lo habrá olvidado. No habrá olvidado que intentó matarme.
—Mi memoria sigue siendo tan buena como siempre, Severus —respondió Dumbledore con tranquilidad.
Severus Snape y Dumbledore, Capítulo 21 El secreto de Hermione
Harry Potter y el prisionero de Azkaban
Sirius y Snape
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La clase de herbología estaba dispersa. El profesor nos había pedido podar y alimentar las plantas del invernadero 1. Los estudiantes teníamos la libertar de elegir un espécimen y dedicarnos al mismo.
Lily y Marlene habían elegido atender una carnívora sudafricana situada en el domo superior del invernadero, odiaba esa planta por que solía escupir. Me dio la vaga impresión de que su elección no era casual, ya que desde hacía unas semanas las dos estaban cada vez más distantes. Se perdían muy seguido bajo el pretexto de "ir a estudiar", pero nadie las veía nunca en la biblioteca.
No me quedó más remedio que ir por mi cuenta en la clase de herbología. Me decanté por atender a mi amada mandrágora, "Elvendork ", a quién había cuidado como un bebé en segundo año, y ahora era una raíz adulta cinco veces más grande y cinco veces más pesada que cuando la adopté.
Entonces, aprovechando la clase dispersa y mi trabajo en solitario, Sirius se aproximó: «¿Como has estado?", "Oye, lo del otro día estuvo cerca", "Admítelo fue sexy", "¿Alguna vez te hablé sobre la vieja gabardina encantada de James para pasar desapercibido?... le llamamos La Capa Invisible...»
—No, no lo sabía—respondí con una risa desvaída.
Comenzaba a cansarme de asentir como tonta fingiendo tragarme sus mentiras.
—...es un encantamiento simple —afirmó como si no tuviera menor importancia, pero por alguna razón tenía que aclarármelo. —Le llamamos "capa invisible" porque cada vez que alguien se coloca la gabardina...bueno... —hizo una pausa, haciendo patente que se había quedado sin más argumento para continuar con su historia mal ensayada.
—...¿Puede pasar desapercibido en una multitud? —. Decidí ayudarle completando su mentira por él.
—¡Exacto!—. Me dio un empujoncito juguetón y me guiñó el ojo asintiendo con satisfacción.
Si, era una nacida de muggles que no sabría tanto del mundo mágico como la mayoría, pero había puesto atención en clase de Criaturas Mágicas como para saber lo suficiente sobre los pelos de Demiguises y su uso en la elaboración en las capas invisibles; y sabía también que eran un artículo prohibido en el castillo.
