Capítulo 24: La infancia de Jinnie

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La calidez del hogar era reconfortante, en especial porque estaba con su madre y hermanitos con quienes jugaba. Era una pequeña alpaca feliz que disfrutaba de aquellos momentos, sin comprender del todo las palabras de sus dueños humanos quienes solían discutir seguido por motivos que no entendía. No importaba, él era feliz con su mami y sus hermanitos.

Jinnie no entendía la razón por la cual llegaban personas extrañas y se llevaban a sus hermanitos. Su mami no hacía nada para evitarlo y poco a poco él comenzaba a quedarse solito. Según sus dueños humanos esas personas habían elegido a sus hermanos para hacerlos felices en sus casas pero, al parecer, nadie quería llevarlo a él. No entendía la razón, él era una buena alpaca, sí, quizás algo miedosa, cada vez que iban humanos que no conocía terminaba por esconderse y miraba todo desde lejos. Tal vez por eso elegían a sus hermanitos, quienes eran más juguetones y sonrientes. Sin embargo tenía confianza de que alguien lo adoptaría como a sus hermanitos y se iría a otra casita donde haría feliz a otra familia.

Pasó el tiempo y Jinnie volvió a presenciar mayores peleas de sus dueños humanos, quienes comenzaron a tratarlo mal al ser el único que nadie quiso. Al parecer era un gasto innecesario en esa casa y eso molestaba a los humanos. Su mami solía cuidarlo, pero sabía que sin el apoyo de sus dueños no podía hacer mucho.

Hasta que un día, su dueño humano lo trató con amabilidad y se ofreció a darle un paseo a él. Jinnie se había puesto feliz, pensando que todo se había solucionado y al fin podrían vivir felices en su familia. En el auto vio las calles con emoción, moviendo la colita ante los lugares nuevos que detectaba y que le gustaría conocer. Bajaron a una tienda para comprar algo que no entendió así que para ser una alpaca buena esta vez, obedeció a su dueño cuando le dijo que esperara en un lugar indicado fuera de la tienda.

Jinnie esperó y esperó hasta que el día se transformó en noche y las nubes cubrieron el cielo. La tienda había cerrado para cuando fue a ver si veía a su dueño y el auto no estaba en ningún lado. Comenzó a asustarse al ver gente desconocida que lo empujaban al pasar con prisa. El miedo lo llevó a esconderse en el callejón que estaba al lado de la tienda y se quedó ahí, dando pequeños brincos ante los truenos poderosos que sonaban.

Sintió algo caer en su cabecita hasta multiplicarse, la lluvia caía abundante y lo único que había conseguido para cubrirse fue una caja de cartón que no duró mucho, hasta que logró encontrar un pequeño sitió donde el agua parecía no caer. Ahí terminó con otra caja de cartón que usó como casita mientras se abrazaba a sí mismo y pedía que su dueño volviera para volver a su calentito hogar.

Durante todo un día estuvo lloviendo, incluso cuando la noche volvió a caer la lluvia seguía presente. Jinnie, por temor, no había salido ni siquiera a buscar comida a pesar de que su estómago rugía de hambre. ¿Por qué su dueño no volvía? ¿Por qué lo dejó ahí olvidado? Él no había hecho nada malo, había sido una buena alpaca, nunca ensuciaba ni molestaba a sus dueños, tampoco jugaba mucho para no hacer ruido, entonces ¿Por qué?

La lluvia había alcanzado el techo de su cajita por lo que la deshizo, así que ya no tenía algo que lo protegiera de la intensa lluvia. Se abrazó a sí mismo, intentando protegerse del frío que venía con las gotitas de agua. Hasta que en un momento, cuando cerró los ojos, sintió algo cálido en sus hombritos. Sorprendido vio a un chico frente a él, con algo grande cubriendo su cabeza, algo que parecía colgado en su espalda y unas bolsas en sus manos. Tomó lo que tenía en sus hombros viendo que era una tela con corazones que le había gustado, en especial por lo suavecita y calentita que era. Vio de nuevo al chico que se había acuclillado frente a él sonriéndole.

-Lo siento si no te gusta el diseño, pero me lo regaló hoy una amiga y no pude negarme. Por cierto ¿Qué haces aquí, pequeño? La lluvia es muy fuerte ¿tus dueños?-la alpaca negó con la cabeza, encogiéndose en su cajita-oh, ya veo, estás solo.-pudo ver en el rostro del chico cierto sentimiento de molestia antes de volver a sonreír-Soy HoSeok, un placer y tú eres...-tocando su cuello le mostró una pequeña plaquita que, recordaba, su dueña humana le había dado con su nombre-Jinnie...lindo nombre.-en ese momento un trueno sonó y él dio un salto por el susto, cubriéndose más con la mantita en sus hombros-veo que la lluvia va a empeorar, no sería bueno que sigas aquí sin protección.-el chico HoSeok se levantó y Jinnie supo lo que seguiría.

Seguro se iría, no se quedaría bajo la lluvia, él sabía que era fea y por eso no le gustaría. Cerró los ojos, cubriéndose lo más que podía con su mantita, esperando que no se la llevara. Escuchó sonidos que no logró identificar hasta que sintió que lo alzaban de la cajita. HoSeok lo cubrió mejor con la mantita y lo acunó contra su pecho antes de tomar de nuevo esa cosa grande que cubría su cabeza. Le dedicó una sonrisa antes de comenzar a caminar sosteniéndolo con fuerza, Jinnie se sintió cómodo y en medio del camino se quedó dormido escuchando los latidos del corazón de ese chico que lo había sacado de ese feo callejón.

Jinnie pensó que sería igual que sus dueños anteriores, que lo ignoraría, lo trataría mal y luego lo abandonaría. Sin embargo, la familia Jung fue amable y dulce con él, cuidándolo y mimándolo como nunca antes habían hecho. Fue amado y aceptado desde el primer día, consiguiendo un buen hogar donde podía sentirse a salvo.

Jinnie fue feliz al darse cuenta de que, al fin, tenía una familia de verdad.

Lo se, la infancia de Jin es la más dura...pero lo bueno fue que HoSeok lo encontró UwU

Nos vemos! besos💋💋💋

Las tiernas aventuras de Kookie y Jinnie [KookJin-JinKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora