Capítulo 30: La infancia de Kookie

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🐾Maratón final 2/10🐾

Era un conejito muy pequeño cuando lo separaron de su madre junto con alguno de sus hermanitos. Su madre no dijo nada y él lloró cuando los separaron porque no había sido lo suficientemente rápido para tomar su chupón. Ahora estaría en un lugar extraño, con los molestos de sus hermanos y sin su chupón. Un infierno.

Llegaron a otro sitio, donde había más niños como ellos sólo que híbridos de animales distintos. Ninguno le caía bien, todos se apoderaban de los juguetes que agarraba para divertirse y lo hacían caer cuando pasaban corriendo. Eran insoportables.

Por eso, cada vez que le quitaban algo, se encargaba de hacerles pagar golpeándolos con sus puñitos o arrojándoles algo. De esa manera se aseguraba de poder quedarse con algunos juguetes, aunque eran escasos para la cantidad de híbridos que eran y a él no le gustaba compartir, tampoco hacer amistad con esos tontos. Los odiaba.

Así pasó días, viendo con alegría como muchos de sus compañeros eran llevados por otras personas que parecían felices con ellos, mientras él se quedaba en un rincón, mirando todo y aprovechando que se iban para jugar con los juguetes que dejaban.

Hasta que un día, como cualquier otro, mientras se divertía con su pequeño peluche de ratón, un idiota se lo sacó y se fue a jugar con el resto, dejándolo ahí con lágrimas en sus ojitos y arrugando la nariz. ¿Quién se creía para tratarlo así? ¿Para sacarle un juguete que era suyo? ¡Lo mataría!

Así que llevado por el enojo se acercó a ellos y los golpeó para reclamar el juguete que le correspondía. Nadie le arrebataría nada. Sin embargo era complicado luchar cuando ellos eran más, por lo que comenzaba a considerar el perder ese juguete e ir por otro.

-¡Hey, devuélvanle eso!-dijo un chico acercándose para sacarles ese juguete y dárselo a él.

Lo miró encantado, con el ratón de peluche en sus manitos ¡Ese niño era un héroe! ¡El mejor de todos!

Arrojó el ratón a un lado y le extendió los brazos, quería que su héroe lo sacara de ese lugar y se lo llevara como había pasado con el resto de compañeros que tuvo. No tardó demasiado en estar entre sus brazos, sintiendo una calidez especial que le dio sueño y lo hizo acurrucarse, con el pulgar en su boca.

-Eres tan tierno, Kookie-llegó a escuchar antes de quedarse profundamente dormido.

Cuando despertó se encontraba en una superficie cómoda, acolchada y calentita. Levantó la cabecita, sentándose ahí y restregando sus ojitos confundido ¿dónde estaba? Miró de un lado a otro, estaba en un colchón grande y muy bonito, cubierto por una manta de colores bonitos y con peluches por doquier que le gustaron. Tomó uno de ellos, comenzando a apretarlo y a morderlo feliz hasta que escuchó la puerta abrirse, al alzar la mirada vio a su héroe.

-Hola, Kookie, me alegra que despertaras, te traje la comida-el chico se sentó frente a él, extendiéndole una mamadera la cual tomó al instante, tenía hambre-eres tan tierno, por cierto soy TaeHyung y dormirás aquí en mi habitación. Estos serán tus juguetes, tu camita...

Kookie escuchaba atento las indicaciones mientras tomaba de su mamadera, siguiendo con sus ojitos el dedo de TaeHyung quien le mostraba distintas cosas. Lo único que entendía del todo era que tendría su propia camita, juguete y comida, ya no compartiría con nadie más y eso era lo perfecto del asunto.

Ignorando las palabras de su dueño giró su vista para descubrir unos cables raros con unas terminaciones redondas que no comprendía pero se veían tentadoras para morder. Así que sin prestar atención los tomó y con sus pequeños dientes delanteros (los únicos que tenía por el momento) comenzó a morder el cable.

-¡Kookie! ¡Los auriculares no son para morder!

El problema de Kookie con los auriculares comenzó desde hace mucho tiempo XD

Nos vemos! Besos💋💋💋

Las tiernas aventuras de Kookie y Jinnie [KookJin-JinKook]Where stories live. Discover now