Capítulo 8: La Señora.

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  No pude dormir en toda la noche, los nervios me estaban carcomiendo. Le deje el cachete marcado y eso me aterra, cometí pecado la noche anterior por un arrebato de mi parte, por no controlarme "soy un idiota", metí la pata hasta el fondo y sé que esto él me lo va a cobrar de una u otra manera me hará pagar todo lo que hice.


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La tarde paso volando, la profesora había venido y me enseñó algunas cosas, me dejó tarea y me pidió leer algunos libros para mejorar un poco la fluidez de mis palabras y poder ejecutarlas un poco mejor al hablar. Termine de leer y salí del cuarto algo impaciente, el estómago me gruño mucho al estar afuera y sentir ese olor en el aire. Llegué a la cocina y encontré a las cocineras alborotadas cocinando muy rápido pero con una gran destreza.

— ¿Qué está pasando?—Le preguntó al chef de la casa.

—La señora viene—me respondió.

—¿La señora?—Le pregunté algo confundido.

—Sí, mi madre viene y necesito que estés presentable—me entregó un traje.

—Estás loco si piensas que iré a tu reunioncita, con tú madre y contigo—deje el traje en el mesón y me dirigí a mi cuarto, él me agarró rápido del brazo y me dio la vuelta.

—Mi madre y mi abuela vendrán con unos familiares muy pronto. Ponte este traje y te quiero listo en 45 Min... No me hagas esperar si quieres volver a salir—agarró el traje de donde lo deje y me lo aventó. —44... el tiempo está corriendo... 43... Date prisa—yo hice una pequeña reverencia y a regañadientes fui a mi cuarto a arreglarme.

Entré al cuarto y tiré el maldito traje a la cama.

—Ese hijo de puta me las va a pagar. Se la cobraré, juro que lo haré. —Agarré una toalla y me comencé a desvestir. — ¡Claro que se las haré pagar! ¿Qué se cree que es él para mandarme? ¡Idiota!

Entré al baño y deje que el agua me relajara, enfriara mi cabeza y me quitara todo el estrés que Joon me provoca, "Ese maldito" me talle bien mi cuerpo y al retirar el jabón, termine por sacarme la espuma del Shampoo de mi cabello, salí de la regadera. Me sequé muy bien, cepille mis diente para tenerlos limpios, me eche algo de crema para mi cara, cuello, abdomen, brazos y piernas, salí del baño, me dirigí a una de las gavetas del armario y saque unos bóxer, me los coloque y ahora sí empecé con ese maldito traje que él me compró.

Lo abrí, me sorprendió mucho el buen gusto que tiene, miré el conjunto completo y me pareció armónico y muy adecuado para mí. Me coloqué la camisa blanca y después los pantalones azul oscuro algo ajustado (no mucho) me acerqué al espejo y termine por ponerme el saco de color negro. Levanté mi cabello y observé mis ojos azules, mis ojos que hasta hace poco brillaban como una estrella, toqué mis labios los cuales antes eran muy rosados, mis enormes ojeras por no dormir bien.

—Respira... Uno...dos... muy pronto saldrás de aquí, no te amargues tanto, todo tiene un lugar, un momento y una hora—contuve mis lágrimas echándome un poquito de aire con la mano. Termine de verme en el espejo, cuando la puerta se abrió, y lo vi a él, mi corazón se aceleró al verlo, si traje completamente negro, muy clásico, su cabello echado hacia atrás y esa expresión seria "Si tal vez las cosas hubieran sido diferente..." rápidamente borre esos pensamientos inútiles de mi cabeza, ya que Joon es un tipo desagradable, odioso, estúpido, idiota, malo.

—Te ves muy bien—yo desvíe la mirada y me senté en la cama.

—No tengo zapatos—le dije ignorando su halago.

Tal vez... No sea tan malo estar contigo.Where stories live. Discover now