Tal vez... No sea tan malo estar contigo.

Capítulo 16: Nuevo juego.

Todo se ha acabado, de un momento a otro mis altas expectativas murieron. Miré a mi amiga y ella me miró preocupada, ella me dio un abrazo y me reconfortó, pero no quería decir que no estoy molesto. Después de deprimirme por más de dos horas, me senté un momento a pensar ¿Qué pasó? ¿Esa mujer me estará diciendo la verdad? ¿Él no es gay? ¿En qué momento tuvo un hijo? yo nunca me di cuenta de nada, creo que eso es lo que más me recrimino.

Fui al baño y me lavé la cara con abundante agua, salí del baño pensando en muchas cosas, ya no puedo ponerme triste, no tengo el derecho a hacerlo, él a mí me gusta, pero no estamos en una relación, nunca estuvimos en una, yo ya no se que papel juego en esta historia.

Tania se fue y me puse a limpiar todo el desastre que había, ella antes de irse me animó un poco y lo aprecié bastante. Me acosté en el mueble y prendí la TV, después de limpiar todo, agarré mi celular y comencé a mirar el número y sin darme cuenta le escribí a esa persona.

— ¿Por qué hice eso?

Me puse bastante nervioso y la piel se me puso de gallina, más cuando esa persona me respondió el mensaje casi al momento de haberselo enviando.

— "Mañana a las 10 am" —leí lo que ella me escribió, con la dirección de su casa.

Me levanté del mueble con el corazón en la mano, mire la pantalla del televisor, no se porque lo hice, pero me quede viendo la pantalla y un sin fin de recuerdos pasaron por mi cabeza, malas, buenos, y malos momentos en los cuales quise dejar de existir por un pequeño instante.

Apagué la tele y fui a mi cuarto a ver si podía descansar aunque sea un poco.

—Mañana sería un largo día.

+

Antes de ir a ver a esa mujer, conduje un rato por la ciudad, fui a comprar algunas cosas. Todavía ando un poco impresionado por la bomba que esa mujer me lanzó tan repentinamente así sin más, tengo que decir que estoy nervioso, demasiado nervioso y cuando lo estoy, compró comida y café. Me dirigí al lugar en el cual acordé con ella y me estacioné unos cuantos metros antes de su casa, porque el camino para subir es algo angosto y mi carro no va a poder pasar por allí

Caminé por esa vereda, el camino estaba lleno de muchas casas todas en subida debido a que es una calle queda hacia una colina. Al llegar toqué el timbre del pequeño lugar repetidas veces, esperé un rato afuera hasta que escuche unos pasos y abrieron la puerta.

—Hola ¿Quién es? —escuché decir al otro lado de la puerta y reconocí esa voz.

—Soy Andrew—de inmediato la puerta se abrió y una mujer me miró con los ojos bien abiertos.

Al verla, lo primero que observe fue su gran belleza, su piel pálida, sus ojos grandes y almendrados, sus labios algo gruesos, llevaba puesto un gorro y un vestido largo, alrededor de su cintura tiene puesto un delantal.

— ¿Usted es Mi Ra? —ella asintió.

—Puede pasar—ella terminó de abrir la puerta y yo pasé.

El lugar donde vive es una pequeña casa, con un comedor pequeño que conecta con la cocina, también pude notar un pasillo en el cual solo hay tres puertas. Me quité los zapatos en la entrada y los dejé a un lado. Antes de que se me olvidará, el café que compre se lo entregue.

—No tenías que hacerlo—sus mejillas se coloraron.

—No te preocupes, no es nada—ella asintió un poco apenada y me guió hasta su mueble.