Tal vez... No sea tan malo estar contigo.

Capítulo 11: Todo comenzó a partir de aquí.

Días más tarde...

Desde que recibí la noticia he sentido algunos retortijones estomacales, también me he sentido muy nervioso, "No creo que esto esté bien. Lo que debería de hacer es huir, esconderme en un país muy lejano en donde nadie me pueda encontrar" pero en vez de eso estoy aquí y aunque le de mil vueltas a todo lo que he hecho, mis pensamientos todavía estaban algo dispersos por todo lo sucedido "Definitivamente tengo que huir, ¿Pero cómo? No quiero morir y sé que él me va a matar si no hago lo que pido"

—Esto terminará muy mal. Estoy muy seguro de eso.

—¿Qué terminará mal?

Mi corazón pegó un fuerte brinco.

—HA... ¿¡Por qué diablos sigues haciendo eso!?— lleve mi mano a mi pecho por la fuerte impresión de su llegada—. Casi me matas— él se rió, lo miré de reojo con algo de rabia y me sonroje inocentemente al ver, lo feliz que está.

"No hagas eso... lo tienes prohibido ¿Lo entiendes? ¡Prohibido!" Me regañe, ya que yo no debo de estar pensando en esas cosas.

—¿Por qué estás tan rojo?—Lo mire molesto.

—No es tu asunto. — Le conteste de mala manera. Me levanté de la silla algo molesto por su intromisión. — Además, no sé qué haces aquí. Tú presencia se me hace algo desagradable— "¡Maldición! Deja de decir cosas estúpidas. Todo el tiempo me salen cosas malas hacia él, tengo que controlarme" tengo que bajarle dos, puedo continuar con tanto odio, si necesito mi libertad, no me la voy a ganar insultándose, "Así que te me controlas, ahora más que nunca, no puedes perder tu sentido del juicio" su expresión no cambió en lo absoluto, en vez de eso, comenzó a sonreír como un mismo idiota.

—Sé que me corresponderas en algún momento. Te lo puedo asegurar— me quise aguantar las ganas de reír pero se me hizo imposible.

—Me encanta esa confianza. Es admirable que tanta confianza en ti mismo a pesar de que estemos en esta situación... Así que al grano, ¿Me puedes decir eso tan importante que me tienes que contar? Porque no creo que estés aquí por gusto y gana, ya que no vendrías a verme porque sí— él se acercó a mí y di un paso hacia atrás, ya que no lo quiero cerca.

Me asuste un poco al verlo tan cerca de mí y más cuando agarró mi mentón y me acerco a su cara. Me miró por unos largos minutos, para después soltarse, sonreír como si hubiera hecho algo completamente gracioso.

—Eres un demente—me toqué el menton algo confundido por su extraño comportamiento (más de lo inusual).

—Lo sé—fruncir el entrecejo por la estupidez tan grande que estás diciendo.

—¿A qué vienes?—Volví a preguntarle sus intenciones.

—Me costó mucho, pero logre inscribirse en la universidad de Seúl, espero que todo te salga bien y que me puedas ayudar en todo lo que necesite— observe el papel que trago con la prueba de que ya estaba inscrito.

—Muchas gracias...— lo vi salir del cuarto y dejarme solo— este es el primer paso para ser libre— me aferré con fuerza a esos papeles. — Solo espera un poquito más, esto se acabará muy pronto.

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4 años más tarde.