Capítulo 24: La vida no es así de fácil.

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Observe a Dong Yul jugando con algunos muñecos y autos que le compré, su risa es muy alegre, contagiosa y bastante divertida, con mi celular le tomé algunas fotos. Verlo así, tan contengo y vigoroso, jugando tranquilamente, ignorando todos los problemas que hay en su alrededor, me hace pesar en la vida que tal vez pueda vivir tranquila como en algún momento la desee y pensar que puedo hacer que él lo haga, que no se preocupe por nada, que escoja su camino como mejor le parezca, que no lastime a nadie y que siempre sea una persona honesta, me pone bastante feliz.

—Dong Yul—él al escuchar mi voz, volteó a verme—. Tengo algo para ti—fui a la nevera y le serví un poco de helado en un vaso de aluminio, fui con él y ver lo que le voy a entregar, sus pequeños ojos rasgados se abrieron—. Tomá, lo compré para ti.

Él sonrió y lo tomó con sus pequeñas manos y comenzó a meterse todo el helado en la boca, como si no hubiera un mañana.

—Sí, sigues así te dolerá la cabeza—y dicho y hecho, comenzó a quejarse, lo tomé entre mis brazos y le comencé a pasar mi mano por su cabeza—te dije que no te lo comieras así de rápido—le di algunos besitos y él intentó alejarse de mí—no te dejaré así de fácil—le comencé a hacer cosquillas.

Dejé de hacerle cosquilla al ver que la puerta de la casa se abrió y Hyun Joon entró luciendo muy lamentable, él nos miró y siguió de largo y se encerró en el cuarto del bebé.

—Creo que llegó la hora de dormir...



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Acosté a Dong Yul en mi cama y me dirigí al cuarto del bebé, donde ahora está Hyun joon, me paré frente de la puerta, me sentí raro, tengo sentimientos encontrados, estar en la posición de consolar a alguien que me lastimo y que al mismo tiempo me gusta, es muy extraño. Toqué la puerta varias veces e intente girar el pomo, pero le puso seguro.

—Abre la puerta, necesitamos hablar—él no respondió nada—. Joon...hyung... habré por favor.

No tuve ningún tipo de respuesta de su parte, solo un silencio algo incómodo, suspire agotado y fui a buscar las llaves de la casa. Tomé las llaves de un cajón en la cocina y fui a abrir la puerta. Nunca pensé que él me diría que le tendría más lástima de la que ya le tengo, a veces supera mis expectativas.

Al entrar, él está tirado en la cama cómo si fuera un estropajo, envuelto en una sábana sus ropas están tiradas por todos lados. Es lamentable verlo en una situación que él mismo provocó. Agarré y encendí la luz y él abrió sus ojos de golpe.

—¿Qué estás haciendo? ¿Por qué demonios estás así?—Él no dijo nada, solo volvió a cerrar los ojos y a taparse con la sábana—. Necesito que estés fuerte, o ¿pretendes que el niño te vea así? él necesita ver a su papá fuerte.

—Él no es mi hijo, es tu hijo, yo no tengo nada que ver allí—fue lo único que salió de su boca, ya que luego se volvió a cubrir con las sábanas.

—¿Entonces? La mejor solución que encontraste a toda esta situación, ¿Es echarte a morir?—Le dije con algo de ironía, porque se que le molesta.

—Vete por favor, tú me querías lejos de tu vida, así que aléjate—él tenía algo de razón, pero ahora las cosas son diferentes.

—Yo te quiero, así que ¿No te puedes levantar por mi?

—No, ahora vete—realmente su actitud infantil me pone furioso, pero no voy a pelear con él, pasé tantos años peleando con él, que ahora lo menos que quiero es eso.

Tal vez... No sea tan malo estar contigo.Where stories live. Discover now