Capítulo 13:

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«Viaje a Seúl, parte 1»

A petición de Kyong Nam, que estaba esperando en la entrada del hospital, YoonGi fue a su casa vía bus.

Afortunadamente, su casa no parecía estar destruida. YoonGi rezaba que no tocaran su casa, pues ahí estaban la mayoría de sus recuerdos, fuesen buenos o malos.

Para no dejar esperando a Kyong Nam de más, se apresuró en abrir la puerta. Cuando entró, un suspiro de alivio salió de sus labios. Definitivamente, no habían tocado nada. Incluso esa nota vergonzosa que le escribió a la señora Oh y que permanecía pegada al marco de la puerta hasta que YoonGi lo arrancó y lo botó a un tarro de basura cerca de ahí.

Se sentía nervioso por la idea de ir a Seúl, pero no sabía por qué. Cuando fue a recoger su mochila preparada justo en el día de ayer cuando Kyong Nam vino por primera vez, recordó el motivo de su nerviosismo al ver una foto escondida en el suelo y que jamás lo notó. La foto estaba cerca de las escaleras, pero no recordó jamás haber dejado esa foto en el primer piso.

La foto estaba boca abajo y en su blanca plana se apreciaban huellas de pisadas de zapatos. Pudo haber sido que lo pisó, pero nunca se dio cuenta.

YoonGi sabía qué era esa aquella foto de tan solo ver unos números escritos muy pequeños y que correspondían a una fecha.

La volteó y suspiró de nostalgia. En ella aparecía su exnovio con él, sonriendo a la cámara. Estaban en una especie de parque y se veían demasiados felices. YoonGi tenía mucho en ese minuto, por lo que arrugó la foto y la tiró al canasto de basura. Ni siquiera se dignó a pensar que el motivo del porqué estaba nervioso para ir a Seúl era porque su exnovio se encontraba ahí.

No, claro que no. YoonGi solo debía pensar en sobrevivir junto a Kyong Nam.

Por otro lado, la mencionada esperaba con una impaciencia pequeña. Trató de calmarse, dando zapateos una y otra vez, pues la distancia desde el hospital hasta la casa de YoonGi era lejos, incluso Kyong Nam insistió en acompañarlo. Pero YoonGi se negó tercamente, ya que le preocupaba el estado de Kyong Nam por lo que se encontraba en esa banca consiguiente al paradero de los autobuses.

Para no tardarse mucho, YoonGi se apuró en anotar un mensaje menos vergonzoso para la señora Oh y lo pegó en el marco de la puerta de entrada. Agarró todas sus cosas incluso el documento de identidad que no sabía por qué Kyong Nam había insistido en que lo tuviera, pero no quiso pensar de más, y antes de salir totalmente su casa, dio un último vistazo a su hogar, en el exterior.

Todas sus cosas de valor permanecían en la mochila negra, tanto su Notebook para escribir como su ropa y útiles básicos. El documento de identidad estaba muy bien resguardado en un bolsillo oculto de la mochila.

—Volveré pronto.—dijo antes de bloquear su reja completamente. Acomodándose su mochila en la espalda, se dignó a correr para alcanzar el bus próximo a parar en el paradero cercano.

Aunque no conocía del todo a Kyong Nam, supuso que ella no toleraba esperar. Asintió con la cabeza, mientras jadeando, estaba dentro del bus y pagó con monedas porque sacar su tarjeta era mucho trabajo para él.

De tanto esperar aburrida, Kyong Nam cruzó sus brazos y bufó. Parecía ser una niña molesta, ya que la matona hacía pucheros con sus labios.

Esa escena que se presentaba a los ojos de YoonGi le provocaba un poco de vergüenza e incomodidad. Pero no podía negar esas ganas de molestarla, pero YoonGi rápidamente los suprimió. Él no era así, no debía querer molestarla, no debía hacerlo como si le divirtiera. No, no quería.

Pero, aun así, al ver a Kyong Nam más enfurruñada que de costumbre lo divertía. Sin embargo, experimentar eso le parecía ridículo siendo que se conocían apenas un par de días atrás.

El Síndrome de Alicia『MYG』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora