Capítulo 20:

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«El funeral»

Pasaron exitosamente el control fronterizo sin antes comentar algo negativo de Kyong Nam, aludiendo que "las mujeres bravuconas eran patéticas", cosa que disgustó a YoonGi y les pidió a esos funcionarios que moderaran sus palabras. Todo eso sin que Kyong Nam supiera, pues estaba durmiendo.

Tener el Síndrome de Alicia drenaba toda tu energía si hacías algo tan emocional o físicamente intenso (como la discusión que había pasado anteriormente), por eso Kyong Nam dormía como un tronco. A cualquier hora, en cualquier lugar.

Era una situación incómoda, dado que estaban frente a una comisaria del Sector Aelliseu y sacarla no era tarea fácil. Después de que algunos oficiales obligados la tomaran y la alejaran del auto, no pudieron despertarla. Kyong Nam seguía durmiendo, para el disgusto de YoonGi.

Después de que supuestamente HoSeok y JungKook se fueran del Sector Alicia y que lo dejaran a merced de los oficiales imponentes de la avenida Alicia, YoonGi encontró después de unos minutos metido en esa mugrienta comisaría que los policías esos de Seúl le caían mucho mejor que los de Aelliseu.

No sabría decir lo mismo con Kyong Nam, pues estaba durmiendo durante todo el viaje. Lo diferente era que Kyong Nam no soñó ni nada. Ni hermosos sueños, ni espantosas pesadillas, ni siquiera experimentó recuerdos como la mayoría de sus noches. Y a Kyong Nam le gustó estar así, por lo que siguió durmiendo sin ninguna alteración.

YoonGi, al ser el único "delincuente" despierto, tuvo que lidiar con todo el papeleo que supuestamente iba a hacer que lo metieran en la cárcel. Pero, citando anteriormente, la policía de Aelliseu era todo...menos policías. Por lo que no se asombró cuando le quitaron las esposas y lo echaron del lugar junto con Kyong Nam durmiendo en su espalda.

Volvía al mismo lugar donde todo empezó, y eso le hacía sentir mucha desesperanza. Pero no había mucho que hacer excepto ir a su casa y verificar si los participantes de Rojo Noviembre no habían destruido su hogar.

Suspiró de alivio al ver que ni siquiera su casa parecía estar rayada, como en las demás casas del vecindario, de frases incoherentes y mal escritas en aerosol rojo como: "Biba la rebolusión*", "Kemen Ceúl*", "Los mataremos a todos", "Biba Rhojo Nobienvre*."

Entró a su casa con dificultad (a veces se le olvidaba que tenía a Kyong Nam puesta en su espalda y se le caía a los lados), cerró la reja y la aseguró. Pero antes de que se diera vuelva, escuchó una voz aguda y conocida.

La señora Oh.

—Señor Min, ¿dónde estuvo estos días?— interrogó la señora Oh. YoonGi se dio la vuelva un poco avergonzado y trató de sonreír. Pero la señora Oh ignoró eso y siguió interrogando. —¿Quién está en su espalda?

YoonGi dudó de responder. —...Kyong Nam.

La señora Oh soltó un alarido de sorpresa. Jamás se esperó eso, que esa grosera joven que tenía por apellido Song pisase de nuevo el hogar del escritor.

—¡¿La señorita Song?! ¡¿Qué hace usted con ella?!— espetó acercándose rápidamente al escritor, ayudándolo a bajarla de su espalda. Apenas Kyong Nam se bajó muy adormilada, YoonGi suspiró de alivio. —¿Qué...qué hicieron?

YoonGi, todavía con vergüenza, la miró por el rabillo del ojo y ordenó que primero entraran a la casa para contarle todo.

Dejaron a Kyong Nam roncando en uno de los sillones del salón de estar mientras YoonGi se sentó en la silla de terciopelo y observando con incomodidad a la señora Oh. Y empezó a contar todo.

Cuando terminó, la señora estaba pasmada, tanto que cuando YoonGi relataba sus aventuras en Seúl más el episodio del Síndrome de Alicia de Kyong Nam, se tuvo que sentarse en una silla.

El Síndrome de Alicia『MYG』Where stories live. Discover now