Capítulo 14:

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«Viaje a Seúl, parte 2»

YoonGi estaba sentado en una silla muy incómoda. Al frente de él estaba una pintura muy colorida para su gusto, supongo que era para contrastar con la pared de un azul muy gris.

No sabía por qué se sentía inquieto. Sólo sabía que estaba en una especie de sala de espera en un hospital. Las sillas estaban muy juntas, muy pegadas que YoonGi sentía que invadían su espacio. Suspiró con pesadez, la espera interna que tenía lo agobiaba.

Entonces, alguien se sentó a su lado. YoonGi no se atrevía a mirar a esa persona, quién ahora estaba tarareando una canción que le era muy familiar.

Intentó concentrarse cuál canción estaba tarareando pero se frustró hasta el punto de tallar su cara con sus manos y cuando los dejó de mover, suspiró bajando sus hombros. Todavía no se atrevía a observar a la persona para poder saber quién era.

La persona dejó de tararear esa canción que lo tenía muy confuso.

—YoonGi,—el mencionado dejó de respirar por un minuto al reconocer esa voz.—si seguimos así, como si nada hubiera pasado...—esa familiar voz femenina repetía esa frase que tanto le dolía en el corazón cada vez que recordaba esa conversación.— estaremos bien.

YoonGi levantó la cabeza de golpe y la miró. Ahogó un lloriqueo al ver a Constance sonriendo y retrocedió un poco en su asiento. Incapaz de salir de la sorpresa, la miró con culpabilidad.

Sin darse cuenta, Constance ensanchó más su sonrisa. No era una sonrisa fingida como cuando estaba viva, sino que este trasmitía paz.

—Estaremos bien.—repitió Constance y con su mano acarició la mejilla de YoonGi con total dulzura. El escritor se estremeció bajo el contacto repentino de Constance.

La miró fijamente y sentía mucha tristeza como también mucha nostalgia al verla así. Extrañaba demasiado a su amiga.

YoonGi no quiso romper el contacto con Constance. Ella todavía tenía puesta su mano en la mejilla pero no se sentía incómodo. Al contrario, se sentía confortablemente triste.

El escritor se aventuró a preguntar una cosa que lo carcomía en ese momento.—Estás diciéndome que estaremos bien...¿no estás bien ahora?

Constance siguió con esa sonrisa, pero no respondió.

No antes de que YoonGi abriera de golpe sus ojos.

—Aquí tiene, señor Lee.—habló una voz femenina, que se escuchaba un poco adormilada.

YoonGi intentó espabilarse y bostezó con ninguna gana de hacer algo. Se dio cuenta que estaba cubierto con una manta, confundiéndolo más por lo que buscó con la vista a Kyong Nam. No tardó mucho en encontrarla pues ella estaba frente a él, aparentando estar ocupada hablando con un señor, que luego vio que esa persona vestía el uniforme de la policía de Seúl.

—Kyong Nam,—habló el señor revisando un cuaderno en una mano.—es la segunda vez que vienes en tres meses. —informó el policía, dando un vistazo para revisar la fidelidad de los documentos en su mano contraria. Kyong Nam se rio nerviosa, haciendo una mueca extraña.

—Es que...—Kyong Nam llevó una de sus manos a su nuca y la masajeó, todavía sintiéndose nerviosa.

A YoonGi, todavía intentando despertarse, le costaba entender la conversación.—Kyong Nam...

La nombrada se sorprendió por un minuto pero sonrió, agradeciendo su interrupción.—¡Oh! Despertaste al fin. Has dormido poco más de una hora.

El Síndrome de Alicia『MYG』Where stories live. Discover now