Extra:

1.1K 131 21
                                    

«AÑO CERO»

En una sala de interrogación, había una mesa metálica y dos sillas chuecas. En esas sillas, estaban dos personas que parecían discutir, pero en realidad hablaban tranquilamente.

YoonGi la miraba con los ojos entrecerrados. No cabía en su razón como, y porqué KyongNam pudo haber rechazado el acuerdo de la fiscalía.

—¿Estás loca?

Rodó los ojos al contemplar como su compañera sonreía burlesca.

—Ya te dije varias veces que no lo aceptaré,—se acercó a tientas sobre la mesa. YoonGi retrocedió un poco ante la sorpresiva cercanía de la chica. No le gustaba en absoluto.—¿porqué no me entiendes, YoonGi oppa~?

Soltó un bufido al escuchar como lo había  llamado, y se molestó. —¿Cómo pretendes que te entienda cuando me llamas así?

—Me conmovió el corazón al saber que estuviste dos meses visitándome al hospital cuando dormía. —hizo un ruido de ternura, mientras se encogía y ponía la mano en su corazón, de una manera exagerada que amargó un poco a YoonGi.

Éste mismo había rodado los ojos por enésima vez.

—Para tu información, no estabas durmiendo, estabas en coma. —masculló.—Y además, era lo último que debía hacer gracias a que me has salvado la vida.

—Ambos nos salvamos entre sí nuestra vidas.—sonrió KyongNam genuinamente. YoonGi no pudo nada más que asentir con la cabeza levemente.

—Entonces, como mi salvadora, acepta este maldito acuerdo. —trató de engañar a la exmatona. Falló en el intento.

—Ahá, no.—La negativa solo hizo impacientar más a YoonGi. Entonces, trató de nuevo.

—¿Y como tu compañero? Por favor, acepta.—dijo el escritor arrugando su cara, un poco molesto.—¿No tienes consideración alguna conmigo?

—¿Porqué debería? Nadie te obliga a estar conmigo.

—Si no aceptas, me quedaré esperándote toda tu sentencia hasta que salgas.

— ¿No es lo mismo? —habló con voz monótona, encogiéndose de hombros.

—¡Que no! No es lo mismo, KyongNam, la única diferencia es que si aceptas, esperaré por ti cuatro años. Si no aceptas, —paró un momento, demasiado dudoso de si decir lo que pensaba. Era mucho tiempo.—esperaré los diez años contigo.

Ella se dio cuenta que utilizaba  la estrategia de compasión, estaba funcionando para la gracia del escritor.

—Maldita sea, YoonGi. Te odio.

—Yo también te odio.

KyongNam se desplomó en la silla y suspiró. Estaba hastiada, más el asunto con YoonGi le ordenaba a reflexionar sobre sus decisiones. No por nada, se había sentido mal cuando supo que YoonGi la había visitado durante dos meses en el que estuvo en reposo –en realidad, ella estaba inducida a un estado vegetativo– mientras se curaba de la herida mortal que EunBi causó.

Como también se había sorprendido de que ya no era más una habitante del sector Aelliseu, dado que las políticas que la reinaban cambiaron drásticamente; estaba asustada de como la gente podía reaccionar al saber que ella era una paciente del Síndrome de Alicia y peor todavía si ella era una matona. Su cabeza se cortaría y rodaría por la justicia, pero YoonGi aclaró que todo estaba bien, mientras fuera a la Corte a responder por sus crímenes.

Por eso estaba en la sala de interrogación, decidiendo de si o no aceptar el acuerdo que la Fiscalía de Seúl había propuesto, a cambio de información inédita sobre los cuarteles del señor Eun y los Sailen.

El Síndrome de Alicia『MYG』Where stories live. Discover now