Veintinueve

1.5K 139 3
                                    

Julianna

Por fin era el día de mi presentación.
Recuerdo haberme levantado con el estómago revuelto de la emoción.
Cuando la hora de la función llegó, me asomé por las enormes cortinas rojas y allí, en medio del auditorio se encontraban los Holland y los Fossati, y Jimin. Ammy se encargaba de tener todo listo para cuando saliera, ya que habíamos acordado enviarles el video a mis papás en Francia. Jess y Harry se veían bastante melosos, pues se habían hecho novios un día antes.

—¿Todo bien? —preguntó Darrell detrás de mi, yo asentí con una sonrisa que fue devuelta —sabes, aún veo a tu hermana y me pongo algo melancólico pensando en lo que pudimos ser —suspiro fuerte y yo lo mire confundida.

—Cuando las cosas no se dan, no puedes forzar nada, Darrell.

Me había decepcionado un poco no ver a Louis, pero lo entendía. Una semana antes había ocurrido todo, y comprendía que sanar el corazón llevaba tiempo, lo sabía mejor que nadie.

—¿Dónde estas, Tom? —susurre volviéndome a asomar por el dobladillo de la cortina.

—¿Acaso buscas a tu Romeo? —se escuchó que preguntaron detrás mío.

—Creí que no habías venido —sonreí emocionada y lo abracé fuerte, depositando un beso en sus labios.

—¿Y perderme tu gran día? Ni loco —acarició mi cintura con una sonrisa —rómpete una pierna, mi amor.

—Lo haré —sonreí y me robó un breve beso.

—Tengo que irme, pero te estaré viendo —yo asentí y Tom volvió a su lugar, junto a Kaila.

La función dio comienzo y el show comenzó.
En lo que a mi respectaba lo había hecho mucho mejor que en los ensayos. Incluso Darrell se veía menos tenso que otras veces. Había disfrutado absolutamente todo, y me sentía feliz de ver a toda mi familia aquí, sin embargo seguía deseando que mis padres hubiesen visto mi presentación en vivo.
Cuando terminamos todos aplaudieron e incluso algunos se levantaron de sus asientos.

Nuestro arduo trabajo había dejado excelentes frutos.

A la salida me encontré con mi familia y Jimin, quienes me abrazaron y felicitaron por mi actuación, al igual que los Holland.

—Te traje esto —Tom me tendió un enorme ramo de flores —eres una gran actriz, no renuncies nunca a tus sueños.

—No lo haré, y menos teniéndote a ti a un lado mío apoyándome —sonreí y lo abracé —te quiero mucho.

—Yo te quiero mucho más.

Tan solo un mes después ya me encontraba buscando un vestido para la graduación. No podía creer que terminara la preparatoria y que en dos semanas más me encontrara en Francia con mis papás.
Kaila, Jess y yo habíamos salido de compras buscando el vestido perfecto. Jess aún no se graduaba, pero iría con Harry, así que buscaba algo lindo para aquella noche.
En cuanto respecta a mi alabada actuación en Romeo y Julieta el mes pasado, los agentes que habían ido en busca de talento, se habían contactado conmigo, y al verme tan dubitativa me dieron tiempo para pensarlo.

—¿No creen que es mucho? —preguntó probándose un vestido con un pronunciado escote en medio del pecho.

—Te lo dire yo, porque Kaila está en el baño; si buscas tener sexo esa noche, adelante. Ese es el indicado —me cruce de brazos con una sonrisa y ella negó sonrojada.

—Olvídalo, buscare otro —sonrió y antes de que se marchara la tome del brazo.

—Jess, sé que eres muy tímida y bastante reservada. Pero te iría bien mostrar un poco de vez en cuando, ¿sabes? A Harry le encantaría ese vestido —la anime y ella se negó, entrando de nuevo al probador.

—¿Ya se decidió por uno? —preguntó Kaila cuando llegó del baño.

—No, dale tiempo.

—¿Y tú? —alzó una ceja.

—El mío lo diseñará mi mamá. Dijo que quería regalármelo —me encogí de hombros.

—Muero por ver lo que va a hacer Isabel, sus vestidos son preciosos —se tocó el pecho emocionada y yo asentí —¿ya terminaste? —golpeó fuertemente la puerta del probador en donde se encontraba Jess.

—Un minuto —anuncio y abrió la puerta — ¿qué tal? —sonrió emocionada.

—Te queda fantástico —asentí obligándola a dar una vuelta.

—No lo digo seguido, pero Harry va a morirse cuando te vea.

Ese mismo día por la noche Tom se presentó en mi casa. Aún recuerdo el día que le conté a mi familia sobre nosotros. La cara de felicidad de mi mamá y de Ammy, mientras mi papá y Julián hacían su mejor esfuerzo por no golpear a Tom. Aunque estaba segura que mi papá ya comenzaba a quererlo.

—¿Qué película veremos hoy? —preguntó dejándose caer sobre mi cama.

—¡Redobles por favor! —grite mientras él golpeaba sus piernas —Spiderman, de regreso a casa.

-¿En serio, mi amor? -preguntó con una sonrisa, enternecido.

-Claro que no, ya pasó de moda. Veremos Mujer Bonita -sonreí emocionada. Coloqué la película y me acosté a un lado de él. Normalmente dejábamos la puerta de mi habitación abierta por petición de mis papás, y esta vez no era la excepción.

-¿No podemos ver una película de acción? -preguntó malhumorado y yo negué besando su mejilla.

-¿Has pensado en mi propuesta de ir a Francia? -pregunté echándome un puñado de palomitas a la boca.

-Creo que la posibilidad es alta. Las grabaciones de Spiderman comienzan hasta Julio -se encogió de hombros y yo asentí.

-Podemos ir dos semanas a Francia, y estar otras dos aquí antes de que comiencen las filmaciones -propuse y él asintió.

-Es tan sexy cuándo te pones a organizar cosas -se acerco e inflo sus mejillas, soltando todo el aire en mi cuello con un estruendoso sonido, haciéndome reír.

—Eres un tonto —dije entre risas tomando su cara entre mis manos —no puedo creer que seas mi novio —susurre mirándolo a los ojos.

—Y yo no puedo creer que seas tan perfecta, y tan perfecta para mi. Somos perfectos juntos, somos una cosa bonita juntos —me sonrió y yo asentí. Se acercó y beso mis labios. Me mataba la manera tan lenta que tenía de disfrutar del beso. Nunca me besaba con prisas, y le encantaba rozar nuestras narices cuando el beso finalizaba —me encantas.

—Cumpliremos un mes dentro de dos días, ¿ya tienes listo mi regalo? —alce una ceja divertida, mordiéndome el labio inferior.

—Bebé, tu regalo soy yo —se señaló él mismo haciendo una cara modesta, y solté una carcajada.

—Entonces debo decirte que no me va a gustar tanto tu regalo —hice una mueca acariciando sus rizos. Amaba su cabello, y él lo sabía mejor que nadie.

—Já. Quisieras que no te gustara tanto —beso mi frente y se dejó caer nuevamente a mi lado —y si, ya tengo todo listo.

—Sabes que no es importante lo material, ¿cierto? —voltee a mirarlo y tome su mano sobre el colchón, acariciando sus nudillos.

—Sí, lo sé. Pero quiero impresionar a mi chica —me miro con una sonrisa autosuficiente y yo negué divertida. Amaba pasar el tiempo con él, y debía admitir que nunca me había sentido más feliz en mi vida.

I Want You Back /en edición/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora