Capítulo 16

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Aturdido, Stephen llegaba al departamento, buscaba con afán a Darcy.

—¡Darcy! ¡Darcy! -Rita salió desde su lugar al escucharle- ¿En dónde está Darcy?

—La señora no está. -Stephen esperó a que completara la información- Ella vino hace un rato, tomó algunas cosas y se fue.

—No, no, no… -Empezó a dar vueltas- ¿Dijo algo más? ¿Dijo a donde iba? -Rita tragó fuerte-

—Ay señor…. Ella llegó un poco acelerada y empezó a tomar algunas cosas y ponerlas en un bolso. Se cambió  de ropa y dijo que iría ella misma a buscar a la niña Luna. -La expresión de Stephen cambió por completo. Sus ojos sólo representaban preocupación y angustia- No sé a dónde fue. Solo pidió que le dijera a usted, que dejaría de lloriquear e iría por su hija. -Stephen negó, sabía que era su culpa. Sabía que algo podía pasar, algo malo, y no podría perdonárselo jamás si algo le pasaba a Darcy o a Luna. Negaba repetidas veces-

—Esto es mi culpa,  todo esto es mi culpa… -Se tomaba la cabeza mientras daba vueltas. Rita se preocupó,  esa actitud no era normal. De pronto Stephen se detuvo frente al espejo y se encontró con el reflejo-

—Te dije que las perderías a ambas. Pero eres tan ciego que…

—¡Basta! No quiero oírte más.

—Lo lamento por ti, tu conciencia es la que habla, tu lado despierto.

—¡Cállate! -Gritó hacia el espejo-

—No me voy a callar, ya el tiempo se acabó.  Es momento de dejarse de tonterías y ser lo que realmente eres. -Rita estaba asustada, ese hombre estaba hablando solo viendo el espejo, se respondía a sí  mismo.- ¡Abre tu mente!

Al escuchar esto, una fuerte ráfaga de viento abrió las ventanas del lugar y empezaron a caer varias cosas la suelo. Rita gritó por el susto e intentó ir a cerrar las ventanas, pero el viento era extremadamente fuerte. Cuando volteó hacia Stephen su sorpresa fue mucho mayor, estaba él de pie frente al espejo, sí,  pero su reflejo era completamente diferente ¿Cómo eso podía ser posible? Al instante el viento cesó y las ventanas se cerraron de un solo golpe. Quizás por la presión, fuerza o sabría Dios qué cosa, el espejo explotó y los fragmentos volaron por todos lados. Rita se cubrió como pudo, en ese momento Toby venía llegando y le tocó cubrirse también. Pero ¿Stephen? Él estaba ahí,  de pie, parecía que nada le afectaba, los vidrios le pasaron por un lado como si fuese intocable. Sí,  nada de esto le afectó,  pero cuando los fragmentos ya no estaban en el aire, sintió un fortísimo golpe en su cerebro, un dolor insoportable, tan fuerte que se tiró al suelo tomándose las sienes. Toby fue hacia él. 

—¡Señor! ¡Señor! ¿Está bien? -Stephen estaba todavía en el suelo- Le ayudo a levantarse.

—¡No! -Le gritó este- Yo estoy bien. -Al decir esto, volvió a sentir el dolor, tan fuerte que le hizo gritar- Sí,  estoy bien… Darcy ¿En dónde está? -Ante la pregunta y lo extraña que estaba siendo está situación, el joven chofer se sintió presionado y es que Darcy le había hecho prometer que no le diría a Stephen a dónde le había llevado- ¿En dónde está Darcy?

—La señora... Yo llevé a la señora hacia el metro. En realidad ella simplemente se bajó cerca del metro y… y no sé hacia dónde fue. -Evidentemente mentía y Stephen lo notaba, pero antes de que pudiese decir algo, el dolor nuevamente le golpeó- ¿Está bien señor? Creo que debería ir a un doctor y…

—¡No! No hace falta ningún doctor. -Intentó ponerse de pie, pero otra vez el dolor volvió- Yo sólo tengo que encontrar a Darcy,  tengo que encontrarla. -Con las manos en la cabeza empezó a caminar hacia la puerta-

—Señor, pero no puede salir así. -Decía Rita un tanto nerviosa-

—Puedo, y voy a… -De vuelta el dolor- Y voy a hacerlo -Intentaba contener el dolor tan fuerte que estaba experimentando, pero era demasiado, hasta le costaba un poco caminar. Salió del lugar como pudo y empezó a caminar, no podía manejar, pero tampoco iría muy lejos, había un lugar en el que sentía podía encontrar lo que buscaba, en donde podía  terminar de armar el rompecabezas de piezas sueltas que empezaba a crearse en su cabeza con cientos de imágenes que parecían salir al azar. Mientras caminaba,  las personas le veían con extrañeza, y es que cada cierta cantidad de pasos aquellos dolores le atacaban,  y con cada oleaje un puñado de imágenes, de recuerdos, aparecían en su cabeza. Después de algún rato caminando, parecía ya estar cerca de su destino y fue cuando el golpe de dolor más  intenso atacó, fue tan intenso que tuvo que contenerse de una pared, tenía los ojos cerrados, intentaba tomar aire para tranquilizarse. Y de pronto, algo grande volvió a pasar; al abrir los ojos, una muy pero muy fuerte ráfaga de viento azotó la zona. Algunos sombreros o gorras de las personas que por ahí pasaban empezaron a volar, las ramas de los árboles parecían serpentear, los toldos y sombrillas tiritaban. El viento parecía silbar, parecía hablar. Stephen sintió una fuerte corriente de energía,  como si le hubieran dado ese empujón que necesitaba. Alzó la mirada y con paso firme siguió su camino, nada a su alrededor le parecía afectar. Se detuvo frente a un gran portón y tocó. Sí,  del lugar no salió otro que Wong.

—¡Strange! -Exclamó el hombre sorprendido-

—¡Wong! -Respondió con seguridad mientras se adentraba al lugar. Estaba justo donde debía estar.

«Our Space» [MysticShock]Where stories live. Discover now