Prince's Boy • HunHan •

👑 18

— Levanta la barbilla, cariño — Suri era su maestra de etiqueta. Ahora estaban practicando la postura que un príncipe debe tener.

LuHan levantó un poco más la barbilla mientras trataba de mantener el libro en su cabeza. Siempre creyó que eso se hacía sólo en las películas.

— No abras así los brazos, no estás caminando por la cuerda floja, LuHan. — lo regañó la mujer. — Ambos brazos a ambos lados del cuerpo. No los quiero rectos como dos ramas, quiero que estén pegados a tu cuerpo, pero ligeramente doblados.

LuHan apenas entendía lo que quería la mujer. El libro era pesado y estaba empezando a darle dolor de cabeza. — Ya no me gusta esto — se quejó.

— Serás un príncipe, no sólo es lucir una corona — Suri acomodó sus brazos como ella quería y sonrió frente a él — Tienes una ventaja, tienes un cuerpo perfecto para lucir elegante.

LuHan trató de sentirse halagado, pero el dolor de cabeza y el cansancio estaban matándolo.

— Ahora, camina. Lento y suave.

LuHan hizo una mueca irritada antes de empezar a caminar, paso a paso, como si fuera un bebé aprendiendo a caminar. Si el libro caía o sus brazos se desacomodaban, la mujer iba a explotar. Llevaban haciendo esto por casi 2 horas, sin descanso.

— Muy bien, LuHan. Lo estás haciendo muy bien. — la mujer lo observó hasta que llegó al límite del salón.

LuHan dio media vuelta, rezando por hacerlo bien en el camino de vuelta. Si lo lograba, obtendría un descanso.

— ¡Muy bien! — Suri apladió su esfuerzo, feliz porque ella también obtendría un descanso. — Ahora puedes tomar algo y descansar los músculos. Lo has hecho muy bien, cariño.

LuHan se quitó el libro de la cabeza y lo dejó caer en el sofá. Aplaudió para sí mismo y salió del salón con una sonrisa radiante en el rostro. Sonrisa que desapareció cuando vio a SeHun caminar junto a su hermana. El príncipe lo vio y sonrió aliviado.

— Hola, amor. ¿Cómo han ido las clases? — sus brazos rodearon a LuHan en un abrazo y besó su cabeza.

— Bien, dejé de caminar como el jorobado de Notredam — bromeó. Rodeó la cintura de SeHun con sus cansados brazos y apoyó la cabeza en su pecho cubierto por una camisa de seda.

SeHun rió. Su hermana también lo hizo, pero no era una risa amistosa. — Tienes algunas otras cosas del jorobado de Notredam.

LuHan apretó los puños en la espalda de SeHun. — Sí, por supuesto. — coincidió — La belleza interna.

SeHun sonrió hacia él y se alejó unos pasos. — Dejen de discutir. — tomó la mano de su prometido — LuHan, si estás en tu descanso, podemos ir a conseguirte algo de comer.

LuHan sonrió y asintió. SeHun ya no se hacía tanto problema cuando LuHan decidía comer un poco más de lo normal.

— Nos veremos en otro momento — dijo SeHun a su hermana.

LuHan sonrió complacido y le dio un apretón a la mano de su prometido.

En la cocina, Lara, la cocinera americana que tenían, le preparó unos cuantos bocadillos.

— Supongo que ya están confeccionando tu traje, ¿no es cierto? — preguntó SeHun.

— Bueno... — LuHan se lamió las comisuras de los labios para limpiarlos de salsa de tomate — No estoy seguro, Soyoung me hizo las medidas, pero no ha hablado sobre eso.

— En cuanto más rápido, mejor — SeHun se alejó un poco al ver a una de las sirvientas correr hacia él.

— Alteza, es su padre. — dijo agitada.