Capítulo 25. Todo será diferente

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Resplandor entre Tinieblas

Por
WingzemonX

Capítulo 25.
Todo será diferente

Cuando Carrie le dijo que no había nada interesante en Chamberlain, al parecer no estaba exagerando del todo. Según lo poco que Matilda pudo investigar en Internet, parecía ser una ciudad pequeña bastante común, como cientos iguales que existían en el país. Su población era reducida, y el principal motor de la economía era la Fábrica de Textiles; y básicamente eso era todo. El viaje desde Boston hacia allá era de unas tres horas en vehículo, y en camión de seguro tomaría un poco más. Pensó en la experiencia que debió de ser para una chica que nunca había salido de su pueblo hacer todo ese recorrido ella sola. Ahora le tocaba a ella hacer el viaje contrario.

Dos días después de su entrevista con Carrie, un lunes de primavera, salió de Boston a media mañana con su vaso de café y su GPS marcándole la ruta hacia el noreste. En aquel entonces aún estaba en proceso de adquirir un vehículo propio en Boston para su uso personal, ayudada principalmente por su madre adoptiva pues casi todos sus ahorros se le habían ido en la mudanza y acondicionamiento de su departamento y consultorio. Mientras tanto, optó por alquilar uno, algo que en sus múltiples viajes hacía seguido. Le tocó algo de congestionamiento ya entrando en Maine debido a un accidente, y terminó llegando a Chamberlain cerca de las dos.

Lo único que Lucy le había encontrado era la dirección de la casa de Carrie y de su escuela. Su primera opción era ir a la escuela y hablar con su director sobre el tema, pero realmente no tenía aún algún tipo de derecho para hace ello, pues de manera oficial Carrie no era su paciente y era más una completa extraña de otra ciudad que venía a intervenir en un tema que no le concernía. La segunda opción era ir a su casa, pero tenía que tener cuidado con no sobrepasarse. Condujo hacia la dirección que Lucy le había proporcionado sobre la Calle Carlin, y se estacionó en la acera de enfrente. La casa era blanca, de apariencia bastante simple, incluso algo descuidado a pesar de estar en un barrio medianamente sofisticado. La hierba del jardín del frente estaba algo crecida, y en algunas zonas se había oscurecido. Aguardó en el vehículo media hora, quizás un poco más. Carrie salía de la escuela a las tres, y si lo que Lucy le había dicho era cierto, esperaba poder verla venir por la calle en cualquier momento sin atraso.

La joven rubia rojiza se apareció justo como esperaba después de las tres con veinte. Caminaba desde calle abajo por la banqueta abrazada aprensivamente de sus libros, con su mochila a la espalda y su mirada clavada en el concreto. La reconoció incluso a la distancia, no por su rostro o peinado, sino por su postura y forma de caminar; siempre temerosa y cohibida como si temiera que alguien la estuviera mirando y juzgando a cada paso. Matilda salió del vehículo discretamente, cruzó la calle, se paró en la acera frente a la casa y ahí la aguardó. Carrie iba con la mirada tan baja, o quizás estaba tan inmiscuida en sus propios pensamientos, que no notó su presencia hasta que ya estaba cerca. Se detuvo entonces a unos metros de ella y la miró, al principio un tanto confundida pero no tardó en reconocer su cara, y entonces se sobresaltó, casi asustada, tanto que se hizo un poco hacia atrás.

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