Veintiséis.

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La lluvia caía en gotas abundantes

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La lluvia caía en gotas abundantes. Debajo de los árboles donde estaban escondidos, apenas podían verse los unos a los otros pero estaban más resguardados de lo que estarían en el claro de la aldea.

—Iremos al Norte —aclaró Briseida en una voz alta para lograr hacerse oír sobre el repiqueteo de la lluvia, estaba de pie sobre las raíces de un árbol para observar a cada uno de los presentes—. Bellamy, Clarke y Octavia hacia el noroeste y Vienna y Milo hacia el sur —continuó. Se detuvo en Jasper y Monty, quienes habían insistido en ser parte de esta reunión—. Si no volvemos antes del amanecer, busquen ayuda —añadió en un tono más bajo debido a que no era necesario seguir gritando. Ambos asintieron—. Nos encontraremos aquí en un par de horas —continuó, incómoda por no saber cómo despedirse. Sin embargo, los primeros en retirarse fueron Vienna y Milo, haciendo más fácil el desarme del grupo.

Briseida volteó, tomando la espada de su cintura, dispuesta a seguir a Eira cuando la tomaron del brazo. Giró la cabeza sin alterarse. Se trataba de Bellamy, cubierto en lluvia.

—Nos volveremos a ver —aseguró ella en voz baja sin moverse de su lugar.

Bellamy bajó la mirada sin soltarla, como si temiera que fuera a desintegrarse al hacerlo.

—Nos volveremos a ver —repitió mirándola, esta vez deslizando su mano hasta enredarse con los dedos de Briseida. Ella sonrió, observando sus manos entrelazadas, la calidez en la fría lluvia—. Ai hod yu in —añadió. Briseida lo miró sorprendida y divertida por escucharlo por primera vez utilizar su lenguaje y con unas palabras tan importantes.

Ai hod yu in seintaim —susurró, sintiendo cómo su voz se perdía en su garganta hacia el final y cómo su corazón se hundió cuando Bellamy soltó su mano al tiempo que se alejaba para adentrarse al bosque sin echar otro vistazo hacia atrás.

—¿Estás bien? —preguntó Eira cuando se acercó a ella.

Se detuvo para observarla en silencio, la espada colgando en su mano. Estuvo a punto de responderle con la verdad cuando recordó todo lo que había sucedido con anterioridad.

—Sí —replicó antes de seguir caminando, ignorando el hecho de que Bellamy y ella iban por caminos diferentes una vez más.

—Sí —replicó antes de seguir caminando, ignorando el hecho de que Bellamy y ella iban por caminos diferentes una vez más

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Atlas II | Bellamy BlakeWhere stories live. Discover now