𝗔𝗡𝗢𝗗𝗜𝗡𝗢 ㅡ Lee Haru, buena como un ángel, formando nuevas amistades, sobreviviendo al infierno que es la vida. Hwang Hyunjin, un lobo solitario con semblante frío ante todos. Compañeros de clase prácticamente desconocidos. Una primera ficha de...
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Vamos a escribir dentro de los corazones solo aquellos recuerdos que deseamos retener
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Viernes, 9 de marzo de 2018
La campana sonó, indicando a los alumnos que la clase había acabado y que podían aprovechar la media hora de descanso para ir a la cafetería o al baño. Nami y Haru, junto con Jisung, fueron a sentarse a uno de los bancos del patio del instituto.
Además de que el edificio no era muy grande, tampoco tenía muchas plantas, las instalaciones eran antiguas y parecía que caerían en cualquier momento. El patio era la zona más amplia y bien acondicionada de todo el lugar. Enfrente del edificio central, se alzaban dos canchas de baloncesto, situadas paralelamente en el centro y, fusionada en medio, una pista de fútbol de tamaño mediano, y todas ellas rodeadas por una pista de atletismo con 5 carriles. A la derecha, y separado por una verja de alambre, se encontraba el parking, al cual solo tenían acceso los profesores y personal del centro. A la izquierda de las canchas, había una zona de descanso, con infinitos merenderos y bancos, donde crecían algunos árboles y arbustos. Era el lugar elegido por los alumnos para despejarse después de una dura jornada de estudio. Justo al otro lado del instituto, había un edificio, mucho más bajo y de una planta, que hacía la función de gimnasio, aunque pocas veces era utilizado por la condición de sus instalaciones.
Nami aceptó la manzana que, como casi diariamente, Haru le ofrecía. Jisung, sentado en el lado derecho, estaba perdido revisando las notificaciones de su móvil.
-Mañana es sábado, te lo recuerdo - las chicas iniciaron una conversación.
- Nami, si alguien olvida que un sábado llega, no es humano.
- Pues a mi a veces me pasa.
- Tú eres un caso especial.
- Única en mi especie. Pero volvamos al tema. ¿Mañana quedaremos?
