𝗔𝗡𝗢𝗗𝗜𝗡𝗢 ㅡ Lee Haru, buena como un ángel, formando nuevas amistades, sobreviviendo al infierno que es la vida. Hwang Hyunjin, un lobo solitario con semblante frío ante todos. Compañeros de clase prácticamente desconocidos. Una primera ficha de...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Pareces feliz, ¿lo eres?
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Sábado, 28 de abril de 2018
Haru estaba sentada en un taburete, aislada de los demás, sumida en sus pensamientos. Necesitaba un rato para pensar. Se acoraba mucho de Seungmin, y trataba de atar cabos, pero no estaba segura de nada. Un Wonho muy borracho se acercó a ella, tambaleándose, y le pasó un brazo por los hombros. Casi caen los dos al suelo del poco equilibrio que tenía el mayor. Murmuraba cosas que, por mucho que Haru intentaba, no lograba entender. No tenía sentido nada de lo que decía.
Por suerte, Felix la vio en esa absurda situación, y se levantó corriendo del sofá, dejando su vaso a Changbin, solo para ir a sacarla de allí. Wonho se quedó confundido, pero escuchó reír a Ed y fue hacia donde los demás, los más mayores, estaban.
- Te debo una - susurró Haru a Felix, aliviada.
- Esto no es nada comparado con lo que te debo yo a ti. Ven, siéntate con nosotros. Y deja de pensar en lo que sea que te tiene preocupada.
En el sofá se reunieron con Minho, Hyunsoo, Huiyeol, Changbin, Hyunjin, Jisung y Nami. Todos charlaban y reían en compañía, como si se conocieran de toda la vida gracias a algunas copas de alcohol. Todos juntos eran los más jóvenes de allí. Los amigos más cercanos de Changbin, eran muy buenas personas, y congeniaron rápidamente.
Nami estaba cansada y, en parte, aburrida. Quería volver a su casa, y se levantó decidida a marchar, acto que impulsó a Jisung a levantarse también.
- He dicho que me voy yo, no que nos vamos.
- Lo sé, te he escuchado. Pero no voy a dejar que te vayas tu sola a las dos de la madrugada.
- Puedo ir sola, perfectamente. No necesito tu protección, sé defenderme.
- Sé que no quieres mi compañía, pero no quiero que la conciencia me persiga el resto de mi vida.
- ¿Alguien más se viene, o tendré que aguantarle todo el camino a casa? - Nami miró a sus amigos, y ninguno parecía moverse.
- Es que... - intervino Huiyeol - Yo vivo aquí. Lo siento.