Capítulo 5

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El Chico Alquimista  

(T/N)

—S-sí, fue lo que dije— contestó él —¡¿Quién eres tú?!

—Oh, lo siento— caí del árbol y me dirigí a él —. Soy (T/N) y me complace conocer a un alquimista, aunque te ves muy chico para serlo.

—Gracias, pero..— permanecía caído en el suelo verde —, tengo 14 años y para mí es un honor serlo a esta edad-

—¡¿Tienes 14 años?! Pareces de 17, eres muy alto — me exalte ante su comentario —¡Yo tengo 16 y estoy casia tu medida!

—Supongo que debe haber una explicación para eso— me observó de pies a cabeza —. No eres de por aquí. Nunca te había visto, ¿de dónde eres? 

—Soy de un reino muy lejano— estire mi mano para levantarlo —. Eso no importa, no me has dicho tu nombre.

—Cierto, cierto— sacudió su delantal, arrebatando la tierra —. Me llamo Varian, gran amante de la alquimia e inventor.

—¿Inventor?— camine en círculos sobre él —. Veamos. Delantal y pantalones color café. Guantes. Lentes protectores. Botas marrones. Por cierto, lindos ojos azules. Sip, tienes aspecto hasta de científico.

—Gracias— recibí un sonrojo por parte suya —. Veo que también usas el mismo método de protección ocular igual al mío. ¿Te dedicas en algo en especial?

—¡Soy inventora como tú!— afirme con una sonrisa hasta que escuche un chillido, se trataba del mapache —. Perdón, me olvide de ti. ¿Lo puedes liberar, Varian? 

—¡Por supuesto! Solo déjame buscar el polvo neutralizador— sacó del bolsillo de su delantal un frasco de cristal con una sustancia blanca dentro y vertió ciertas pizcas en el compuesto morado —. Listo, lo único que te pido es que lo controles demasiado.

  —No es mi mascota, me guió hasta acá por las manzanas— el mapache huyó—. Adiós, amiguito.

—Espera un momento—analizó la situación —¡Tú estabas arrojando las manzanas!

—Ups... Perdóname, Varian— dije avergonzada —¿Me perdonas? Es que quería quitar mi aburrimiento.

—No te preocupes, (T/N) Te perdono— dijo con cierto toque encantador y sonrió —¿Te gustaría venir a mi laboratorio?

 —¡Debes estar bromeando! ¡Sí! ¡Sí!— lo agarre de los hombros y lo sacudí por la emoción.

—¡Bien!— lo solté y terminó mareado —. V-ven... E-es p-por aquí.

Después de ello me indicó a su casa, el cual era la más grande de toda la aldea. Entramos. El suspiro de asombro no se hizo esperar. Estaba ante el laboratorio de un joven alquimista. Veía los extraordinarios experimentos, algunos en estado físico líquido y otros soltando gases.

—¡Maravilloso! Sí que eres todo un alquimista, Varian — grité impresionada recorriendo todo el lugar —¡Esto es sensacional!

—Gracias, (T/N), aunque considero que estás exagerando— agachó la mirada ocultando un nuevo sonrojo —, nunca había conocida a una chica que le interese la alquimia.

—Es que tú pareces indefenso— me miró extraño —, quiero decir, tú lo haces porque te encanta y no por tener vida eterna, el oro o la Piedra Filosofal.

 —¡Oh no! Es casi lo contrario a mí— dijo mientras hacía mezclas —. Usualmente lo hago para beneficiar a mi aldea, por ahora estoy creando máquinas que transporten agua caliente a toda la aldea.

—¡Fabuloso, Varian!— me acerqué a él —¡Eres perfecto!

Vi sus ojos, el color azul cielo resaltaba el tono de su rostro. Me regaló una extensa sonrisa, mostrando así sus dos dientes delanteros, era como un lindo conejo.

—Si no mal recuerdo— dijo sin detener su vista fija en mí —, mencionaste que eras de otra parte, supongo que desconoces Corona, ¿verdad?

—¡Estás en lo correcto! No sé mucho de aquí.

—En ese caso— se arrodilló en frente mío y tomó mi mano, parecía una propuesta de matrimonio —¿Te gustaría dar un paseo por el reino, mi lady (T/N).

—Por supuesto— acepté riendo —. Es muy noble de su parte, príncipe Varian.

Reímos al mismo tiempo, con una actitud infantil. Eramos dos inventores con comportamiento de niños.

Este chico alquimista, ha sido de las pocas personas que gozan de su trabajo, su talento inigualable lo caracteriza a la perfección.

Mas hay algo en él que veo muy resplandeciente. ¿Qué será? 

 

No Pierdas Esa Luz (Varian x Lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora