Capítulo 29

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Te Ayudaré 

Narrador

—¡Varian!— gritaba desesperadamente (T/N) en busca de la ayuda de su amigo, la capa no le funcionaba como abrigo ante el frío viento y la nieve  —¡Varian!— la chica caminaba a pocos metros de la casa del alquimista, pero su vista era opacada por la tormenta —Va...rian...— al final cayó en la nieve.

Sin embargo, después de una larga nota de un canto que representaba su futura venganza, Varian apretó los puños y su mirada de odio hizo disminuir su luz. Respiró hondo aguantando las ganas de gritar de coraje, hasta que una voz conocida suplicaba por su ayuda.

—¿(T/N)?— volteó hacia atrás reprimiendo aún su sentimiento y volvió a escuchar el llamado de auxilio —. ¡(T/N)!— salió de su casa sin protección alguna contra el frío, y ahí la vio, tirada en el suelo, inconsciente. —¡(T/N)!

El alquimista corrió a tal grado que lloró, no quería perder a alguien más, a alguien quien también amaba. Llegó a ella, con toda su fuerza la cargó entre sus brazos, viendo su cara dormida, las lágrimas de él caían en esas mejillas congeladas, parecía que (T/N) acompañaba su llanto.

Minutos más tarde, Varian entró a casa sin percatarse del frío que lo inundaba, lo único de suma importancia era que su amiga estuviera bien, la coloco en una mesa vacía y le puso encima el abrigo que él disponía. Luego de dejarla ahí se dedicó a buscar soluciones para liberar a su padre.

—¿Va-Varian?— habló la chica con la energía que había recuperado durante un largo rato. Su vista seguía un poco borrosa, talló sus ojos y se levantó dispuesta a buscar al alquimista.

La muchacha, por su debilidad, se recargó en algo sólido y estornudo; limpió su nariz y alzó la cabeza. Entonces se percató de una situación terrible, por lo que ella retrocedió asustada sin quitar la mirada fija del extraño ámbar.

—¿Señor Quirin?— no podía creerlo, debía seguir soñando —¡¿Señor Quirin?!

—Veo que ya despertaste— dijo Varian entrando al vestíbulo corriendo hacia ella y abrazarla —. La princesa no quiso ayudarme con esto por estado de emergencia y sucedió esto— finalizó enojado.

—¡¿Qué?!— una vez que se apartó de él observó en Varian lo inexplicable: la luz de sus ojos disminuía por el odio, traición y sed de venganza —. Varian, mírame a los ojos.

El alquimista obedeció y la miró sin mucho afán, en su ceño fruncido se lograba notar el cambio en su ser. (T/N) puso sus manos en los hombros de él y le menciono:

—Varian, si nadie más pudo ayudarte, yo sí lo haré, confía en mí, juntos haremos que tu padre salga de esa cosa, tú sabes más que yo en esta rama de la alquimia, así que lo lograremos. Te ayudaré en lo que sea ¿Entendido?

—Entendido— contestó Varian creando una diminuta sonrisa.

Antes de comenzar, el alquimista le dió en una vasija una medicina que evitaría una enfermedad a (T/N) por el clima. A pesar de la terrible experiencia, la luz en Varian podía ser salvada si (T/N) jamás se apartaría de él y lo motivará a seguir adelante.

O eso era lo que ella creía.

(N/A) Me disculpó por la tardanza en la actualización debido al estudio y esas cosas, ahora pueden disfrutar más de la historia, espero seguir escribiendo más seguido. GRACIAS :'3

No Pierdas Esa Luz (Varian x Lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora