Capítulo 8: Juguete

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No sabía porque pese al daño seguía esperando tanto de las personas, sobre todo de él, intuyendo el fracaso, la desilusión y las perdidas, pese a todo estaba dispuesto a amar y confiar ciegamente, de forma silenciosa y destructiva… -H.E

Naruto gruñó justo cuando Itachi le clavó sus garras en el costado, percibiendo el sutil aroma de su sangre. No tenía idea de porque se había vuelto a alterar, pero si volvía a perder el control esta vez no sería capaz de detenerlo, por lo que en un rápido movimiento lo volvió a someter, aprisionándolo entre el colchón y su cuerpo, sintiendo como poco a poco volvía a calmarse, aunque se negaba a soltarlo, haciéndole cada vez más daño.

—Itachi —lo nombró, pero él seguía perdido en sus pensamientos destructivos de un pasado tormentoso que lo perseguiría por siempre.

Una risa ronca y puramente varonil llenó la habitación, haciéndola sentir estúpida. No hacía falta conocerlo para saber que aquel alfa era más que peligroso y tenerlo tan cerca, percibir su embriagante aroma… seductor y masculino comenzaba a perturbarla de mil formas distintas, llegando a ser humillante porque él solo pensaba en rechazarla, sin embargo, su omega interna no dejaba de suplicar por su alfa y su aceptación, volviéndola algo que nunca quiso, obligándola a comportarse sumisa, bajando la cabeza ante alguien que solo pretendía pisotearla en más de un sentido, aun así seguía dejándose llevar por los deseos de él.

—No me interesas —susurró con un tono lleno de matices sombríos y decadentes que parecieron una puñalada a directa a su pecho y de un momento a otro sintió que algo se rompía en él—. Jamás intentaría estar con alguien como tú.

—Itachi… —susurró Naruto en cuanto la chica salió de la habitación, percibiendo su dolor gracias al lazo que mantenía con Itachi—. No te digo que lo intentes, pero ella no parece alguien mala, también pude sentirlo. Estoy seguro que no sabe ni quiénes somos, aun así, te pidió una oportunidad.

—Mi alfa me obligo a marcarla —murmuró ido, oprimiéndose el pecho comenzando a jadear—. Sabes que no puedo estar con alguien, ya no… no soy un buen alfa, Naruto, mucho menos cuando me di cuenta de que a pesar de marcarla, una parte de mi la rechaza y la aborrece. Eso no es un destinado, yo no siento ni cariño, ni apreció ni nada que indique que puedo quererla, y conforme más la miró más quiero que se aleje. Me arrepiento por lo que le hice, por haberle arruinado la vida… 

—Entonces deberías hablar con ella —tajó metiéndose al baño.

—Me conoces —farfulló—. Sabes lo que hare y lo que pienso. Soy un alfa pero toda esta mierda me parece injusta, los omegas no son nuestra propiedad, no deberían atarse a nosotros por los impulsos que no podemos controlar. Ellos deberían estar con quien quieren y porque quieren y esa mujer solo esta confundida, cree amar a alguien como yo, a alguien despreciable que ha hecho cosas imperdonables.

—Lo sé porque pienso igual… aun así no creo que sea correcto dejarla ir —susurró para sí mismo.

—Jamás me dijiste que fue de aquella mujer —tras varios minutos, finalmente se tranquilizó, aun así, Naruto no se movió ni un centímetro.

—Han pasado seis años ttebayo.

—Sé que está muerta… lo sentí… era mi destinada y sé que fue mi culpa, así que tengo derecho de saber lo que paso.

Naruto suspiró y meditó sobre si debía contarle. Lo cierto es que horas después de que aquella mujer se fuera, Itachi colapso, pero aun inconsciente seguía retorciéndose de dolor, así que no dudo en llevarlo al hospital, cuando pudo explicar lo que paso, él médico solo le dijo que su estado era la consecuencia de rechazar el lazo con su destinada, y que muy posiblemente la omega estuviera sufriendo igual o peor que su hermano, debido a que eran más vulnerables después de ser marcados y necesitaban casi desesperadamente mantenerse cerca de su alfa para encontrar estabilidad en todos los sentidos.

NamikazeWhere stories live. Discover now