Capítulo 18: Elocuencia

1.6K 165 32
                                    

Hay veces que no podre protegerte sin dañarte… y no sé si podré lograr tu felicidad sin herirte, porque pese a ser mi sueño, solo destruyo lo que amo… H.E

Deidara sonrió radiante y abrazó aún más fuerte a Sasuke, consciente de que las situaciones que han sobrepasado tu límite te hacían cometer actos impensables. Pero ahora todo era diferente, ambos estaban viviendo un nuevo comienzo que debían aprovechar al máximo, no solo él, sino que su cachorro había conseguido una oportunidad única en aquel mundo superficial que les abriría las puertas a algo mejor. Satisfecho porque con ello, logró alejar a su testarudo omega de aquella empresa, pero más que él lugar, lo alejo de un alfa que solo lo veía como el entretenimiento del momento, consciente de que Namikaze Naruto era el culpable de aquel estado deprimido en Sasuke.

—Pensé que huirías —murmuró de pronto.

—¿Me harás daño?

—¿Más de lo que ya te he hecho? —Sonrió burlón.

—Sabes a lo que me refiero —lo miró de soslayo—. Eres un idiota impulsivo y pirómano, que tal si un día despierto y te veo empuñando un chuchillo dispuesto a matarme.  

—Has visto demasiadas películas de terror conmigo, hn —se puso de pie y besó a Sasuke en la comisura de los labios—. Matar a alguien no siempre es un acto brutal e intencionado… muchas veces es con el hecho de existir… ¿no crees?

La mirada de Sasuke se volvió letal y Deidara supo que era el momento de desaparecer, por lo que se dirigió a la puerta y se despidió de su omega con la mano sin siquiera voltear a verlo, mientras sacaba su celular, mordiéndose el labio al notar que tenía el tiempo justo para llegar con Sasori. Se verían frente a la Basílica de San Giovanni Miggiore a las siete de la tarde, era un trayecto corto, por lo que con calma se subió a su auto, un llamativo Volkswagen Golf de color amarillo, sin embargo, a una calle de llegar, se desvió del camino y aumento la velocidad hasta que estuvo en carretera.

Tal vez solo estaba huyendo o simplemente era su lógica actuando por él, ya que después de dejar plantado a Sasori, lo más seguro era que el omega lo mandara a la mierda. Se enojaría, lloraría un poco, pero al final del día… seguiría adelante, sabiendo que Deidara era un bastardo hijo de puta que no lo merecía, entonces se alegraría por haber sido olvidado, mientras se formulaba mil ideas erróneas sobre él que no pensaba desmentir. Empezando por el hecho de que aquel alfa jamás lo amo… y no le importaba tanto como decía.

O Dios, cuan equivocado estaba. Deidara lo amaba con todo su corazón, lo amaba tanto que prefería alejarlo con tal de no arrastrarlo a su mundo plagado de mierda, en el cual era atormentado por sus recuerdos del pasado. Lo amaba tanto que estaba dispuesto a verlo con alguien más antes de hacerlo llorar por no poder controlarse, por sucumbir ante sus miedos y mostrarle aquello que solo Sasuke conocía. Y no es que su cachorro le fuera indiferente, sino que eran tan similares que parecían uno mismo, pero Sasori era diferente… era especial desde que le regalo una dulce sonrisa cuando apenas y eran unos infantes.

Sasori se merecía algo mejor, no un alfa como él, un alfa corrompido por su pasado...

Se supone que eran una especie fuerte, capaz de anteponerse a muchas situaciones, pero eso cambiaba cuando solo eres un cachorro indefenso que es maltratado por un padre bastardo que te culpa por la muerte de tu propia madre omega. Entonces Deidara rio irónico y cerró los ojos mientras aceleraba, como si buscara su propia muerte en medio de la nada, recordando aquel día que quedaría grabado a fuego en su conciencia, trayendo la imagen de su madre… una hermosa mujer de largo cabello rubio y hermosos ojos verdes, una mujer que murió por él.

NamikazeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora