𝗠𝗜 𝗟𝗨𝗭 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ

Epílogo

2 años después...

—¡Kim Youngmi!, ay ésta niña...— Digo asomando la cabeza del umbral del baño descalzo mientras tenía el cepillo de dientes en la boca— ¡Apurate que llegas tarde al colegio!

—¡Papá hoy es sábado!— Escuché decir a mi hija y me terminé de cepillar los dientes.

Me paro en seco y salgo del baño soltando una carcajada. Me había olvidado, la semana pasa tan rápido.

—Tienes razón, lo siento pequeña— Digo entrando a la habitación.

Color crema y cortinas blancas. Un pequeño escritorio a un lado y la pequeña cama color celeste, el piso de mármol y una lámpara de un corazón.

Me siento al lado de mi hija mientras ella apoyaba su cabeza en mi hombro. Rodeo mi brazo alrededor de su cuello y la acerco más a mi.

—¿Que quieres hacer hoy?— Pregunto y los ojos de mi hija se iluminan.

—Quiero un pastel de Eunha— Contesta y la miro sonriente.

Su cabello color castaño claro y su piel blanquecina, los ojos oscuros y algo cachetona.

—¿Quieres ir a visitarla? — Pregunto levantandome de la cama y ella asiente para de la cama siguiendome a mi hacía el armario.

—Te dejo vestirte, iré a a avisarle a Eunha— Y es lo último que digo para salir de la habitación y encaminarme a mi habitación y vestirme.

Me adentro a mi habitación y de mi ahora esposo y busco algo cómodo para vestirme. Me pongo una camisa amarilla claro junto con unos jeans rasgados y unas botas negras.

Me miro al espejo y sonrío, ahora mi cabello también castaño claro y ahora que me daba cuenta me había salido una espinilla en mi mejilla izquierda, pero me daba igual.

Me puse perfume de vainilla y un bálsamo labial de frutilla haciendo que resaltara mis labios. Y por último le mando un mensaje a Eunha diciendo que la íbamos a visitar otra vez.

Salimos de la casa y nos despedimos de la Marie, nuestra cocinera que se había convertido en una gran amiga para mí.

Tomo la mano de mi hija y nos subimos a mi coche para dirigirnos hacía la repostería de Eunha.

Youngmi se pone el cinturón de seguridad al igual yo y emprendemos viaje.

—¿Y papá?

—Él dijo que tenía cosas por hacer, pero no me dijo que cosas específicamente — Contesto.

—Se acerca su aniversario de boda, seguramen...

—¡Casi lo olvido! no lo puedo creer...— Abro los ojos sorprendido y muerdo mi mejilla interna.

—¿Cómo es que puedes olvidar algo tan importante cómo su aniversario de bodas?

—Lo siento lo siento, el trabajo me quita tiempo...

—También te quita memoria, papá...

—¿Era necesario refregarme en la cara que soy un mal esposo?— Cuestiono y mi hija suelta una carcajada.

[...]

Días después...

"Jungkookie~, hay dos personas que te quieren ver ahora mismo en tu consultorio. Ven enseguida"