Tres amigos

3.5K 190 17
                                    

- No, no, no quiero ¡suéltame!, ya no me toques por favor, vasta, vasta -grité a todo pulmón, pero era igual que siempre, o se hacia el que no escuchaba nada, o continuaba como si eso le producía el mayor de los placeres

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

- No, no, no quiero ¡suéltame!, ya no me toques por favor, vasta, vasta
-grité a todo pulmón, pero era igual que siempre, o se hacia el que no escuchaba nada, o continuaba como si eso le producía el mayor de los placeres.

- No te voy a soltar y tú vas a venir conmigo. Te creíste muy fuerte como para escaparte de mí ¿verdad? Pues te diré algo. Nadie escapa de mí, ¿¡Me escuchaste!? nadie. - Ahora ven conmigo -dijo arrastrándome por el pelo y sacándome de la habitación sin ningún tipo de remordimiento.

- Ayuda, ayuda, que alguien me ayude. -traté de soltarme de su agarre, pero me sostuvo más fuerte por el hombro.

- No quieres venir, pues bien. Vas a ser mía aquí y ahora -murmuró poniendo de toda su fuerza y concentración para doblegarme y tomarme a su antojo, pero no me rendía, ponía de todo mi empeño para que me dejara, aunque sabía no pasaría, pero no me iba a dar por vencida.

- Suéltame, por favor.

- Emma, Emma, despierta.
-escuché que alguien llamaba con desesperación, intentaba abrir los ojos, pero no quería despertar, mi mente se sentía bloqueada, aunque no estuviera a gusto. Solía pasarme, ciertas veces mis movimientos no se ponía de acuerdo con mi cerebro y aunque quisiera reaccionar simplemente no podía.

Abrí mis ojos y me encontré en la habitación del hospital, al lado de mi estaba una mujer morena de cabello rojo rizado que me miraba un tanto raro, parecía ser la enfermera. Ella junto al, Dr. Smith sujetando mi cuerpo que estaba transpirando, mi cabello enmarañado y mis labios resecos.

-Déjame un momento a solas con ella, Marlenis por favor - Le habló a la chica que estaba a mi derecha.

- Emma mírame por favor -Pronunció el doctor con voz calmada en cuanto la joven nos dejó a solas. No quería mirarlo no podía, nunca había sentido tanta vergüenza sobre mí misma. - Por favor
-susurró por lo bajo, con temor a asustarme, porque al parecer hasta el viento que soplaba podía conseguirlo.

Mis manos seguían temblando, era muy normal. Y es que muchas veces me sentía una gelatina que temblaba al mirar una cuchara, desde pequeña cuando mis padres salían de viaje y no había más opción que dejarme con mi primo temblaba sin motivo, su presencia me producía malestar y su mirada me daba temblores. Siempre parecía como si quisiera comerme ahí mismo, pero no fue hasta los catorce que comenzó mi tortura. Aún recuerdo primera vez que lo hizo, yo, como una niña asustada siempre le pedía ayuda a mi tía, pues esa desgraciada era una drogadicta que siempre y cuando mi primo le trajera su droga todo quedaría bien.

Ella solo me utilizaba para limpiar y cocinar, siempre debía mantener la casa limpia y la comida sobre la mesa para mantenerla contenta.

- No debes tener miedo, yo voy a protegerte -volvió a pronunciar aferrándose a mi como si yo fuese su mundo. - Nada va a pasarte mientras estés conmigo. Sabía que eso era mentira, sabía que eso no iba a pasar o quizás sí, quizás me quedaba menos de una semana en este lugar y después, después no lo iba a tener a él y, Mario me iba a encontrar.

Dr. SmithWhere stories live. Discover now