Sorpresa y tragedia

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- Aquí viene la cumpleañera, necesito que todo el mundo coja su poción
-habló, Smith, pero nadie presto atención, se mantenían entretenidos en la charla grupal o en sus aparatos móviles. - ¡Que se muevan carajo!
-los dispersó haciendo un sonido fuerte.

El gritó la descolocó por un nanosegundo, aún no estaba acostumbrada a escuchar gritos, menos estar cerca de donde había tantas personas moviéndose de un lado a otro.

- Cumpleaños feliz, te deseamos a ti, cumpleaños, cumpleaños, cumpleaños feliz -cantamos a coro cuando la pequeña niña atravesó la puerta de su habitación. Hoy era su cumpleaños número once, por lo que habíamos decidido que con los pocos amigos que tenía, hacerle una sorpresa en la azotea del hospital. No era algo grande, solo un pastel con algunos dulces y refresco que desgraciadamente ella no iba a disfrutar. Habíamos expuesto todos los cuadros que ella pintó e hicimos una decoración básica pero efectiva.

Todos debían trabajar, estaban en horario laborar y habían hecho un esfuerzo para estar con ella ese día, desde los niños que no podían estar mucho en la brisa, hasta los médicos con pacientes que atender, todos intentaban ser solidarios con la pequeña.

- Muchas gracias a todos por estar aquí, está lindo y me gusta y hay muchos colores y los niños y... Les agradezco mucho el esfuerzo que hicieron por mí -murmuró con rastro de lágrimas que se deslizaba por sus mejillas regordetas. Se le notaba super linda, su cabello apenas crecido y su vestido morado al igual que la princesa con su nombre, era realmente hermosa.

- No tienes que agradecer cariño
-limpié sus lágrimas como pude y la acerqué a la mesa para que soplar a la velita que estaba por apagarse.

Pasamos una tarde-noche muy agradable, Moises con sus chistes y su risa, Brandol como siempre en silencio y Smith en su conversación con la pelirroja. En ocasiones nos mirábamos y sonreímos, pero yo terminaba apartando la vista.

No era como si yo me pusiera nerviosa porque el me mirara, era simplemente el hecho de que cuando el miraba, la chica también lo hacía y me enviaba mensajes cargados de odio con la mirada, me causaba cierto miedo.

- Algo de tomar -susurró en mis oídos, estaba centrada mirando a un punto del abismó y no sentí sus pasos, en mis pensamientos. Se le notaba la belleza esas noches, aunque él siempre estaba lindo hoy traía consigo alguna cosa que lo hacía resaltar, posible era el pantalón de jean color negro, la remera gris o los Nike negro con gris, no lo sabía. Sería la combinación entre colores o la chica que lo miraba, pero se le notaba bastante descansado. Aunque pronto debía volver a la labor.

- No gracias -respondí borde y distante, de seguro había terminado la conversación con la pelirroja y venía a charlar conmigo. No era como si eso me importará, el problema era que él no podia empezar a hablar con ella y terminar hablando conmigo, eso era muy bajo.

Era una gran falta de respeto y. Ni siquiera sé lo que estoy pensando, mejor cierro mi mente.

No puedes cerrarme.

Dejé de pensar disparate sin sentidos y me dispuse a ver la fiesta y los niños. No era algo exagerado ni grande, pero era algo sumamente bonito hecho con todo el amor del mundo. El bizcocho de dos plantas blanco y violeta, los globos del mismo color y las sillas decoradas con tela blancas era la atracción principal del lugar, sin duda alguna se habían esperado para conseguir lo mejor y lo habían logrado.

Había unos 15 niños y todos estaban corriendo excepto Sofía, que por cierto ¿dónde estaba? Ana, su madre estaba con Moises bailando una canción de niños, Brandol estaba sentado todo aburrido como siempre y, si Smith estaba conmigo ¿dónde rayos está Sofía?

Hice un análisis rápido y corrí al baño a toda velocidad al no verla por los pasillos. Al verme, el doctor se alarmó y me siguió a toda prisa.

Llegamos a la tercera planta, donde se encontraban los primeros baños de niños, pero no había más que una madre con su hijo. Seguí el recorrido tocando las puertas, pero no la encontré.

- Emma que pasa? -preguntó tocando mi brazo desesperado por la forma en que salí de lugar - Por qué saliste así, te sientes mal, ¿pasa algo?

- Es Sofía, hace un rato que no la veo, esta mañana cuando la desperté me informó que no se había sentido muy bien en la madrugada, ahora no sé dónde está. No la encuentro. -murmuré al borde de la histeria, ella no se sentía bien, no debió forzarla a dejar la habitación y exponerla a la brisa que hacía ahí arriba, se sentiría culpable toda su vida si algo le llegara a pasar a su pequeña. No se lo perdonaría nunca en la vida.

- Bien, vamos a buscarla, pero debes calmarte -la tranquilizó tocando su hombro y salieron a los demás baños que estaban detrás de esos, los baños para niños discapacitados. Derrumbaron cada puerta hasta dar con ella, estaba tirada en el suelo del baño con su vestido manchado de sangre al igual que su boca, su pequeña y frágil niña estaba en el piso desvalida y sin fuerza, su Sofía no tenía vida.

Sus ojos estaban provistos del brillo que la caracterizaba, sus labios habían perdido la sonrisa que hacía un momento le regalaba y me vi a mí misma por un instante, una pequeña sin fuerzas, tirada en el suelo y con sangre en su ropa, una pequeña niña indefensa sin ganas de seguir con su vida, y aunque las situaciones eran diferentes. Se sentía como si viviera un deja bu.

Salí del trance en cuando sentí que pequeño empujón que me propinó, Smith, salí de ese lugar negro al que por un momento había caído. Desde atrás y sin poder moverme observé como el la cargaba y se la llevaba, sin importar si manchaba su ropa, ese joven la cargaba poniendo todas sus fuerzas en la confianza de que ella iba a estar bien, eso le dijeron sus ojos en cuanto la miró.

- Ella estará bien -susurró girando su cuerpo para que ella escuchara. Asintió despacio y se dejó caer de rodillas en los azulejos de aquel baño que le había llenado la mente de malos recuerdos.


*

Gracias por leer <3

Dr. SmithWhere stories live. Discover now