10 Pasos para enamorar a Potter | Drarry/Harco

Paso 4: Intenta conocer a sus amigos, de seguro lo valora | Parte 1

Paso 4: Intenta conocer a sus amigos, de seguro lo valora | Parte 1

Harry jamás en su vida había pasado unas buenas navidades hasta el momento en que comenzó a ser uno más en la casa de los Weasley. Y si bien actualmente se encontraban en el número 12 de Grimmauld Place, fue la señora Weasley quien había organizado y preparado la cena así que básicamente era como estar en La Madriguera.

A pesar de que el señor Weasley había pasado unos días en San Mungo luego de un accidente que curiosamente él había predicho, y que su padrino, Sirius Black, se veía notoriamente hastiado de estar entre cuatro paredes, podía decir que era agradable esa corta instancia de cambio de aires.

En ese momento, estaban todos reunidos en la sala principal junto a la chimenea escuchando a Celestina Warbeck. Bebían Whisky de Fuego y mantenían ligeras conversaciones con el fin de extender uno minutos más la velada. Harry se vio en la necesidad de rechazar el licor. ¿Y si bebía más de la cuenta y le entraban ganas de besar a alguien nuevamente? No. No se arriesgaría a eso otra vez.

—Ni en forma de perro ni de ninguna otra, Sirius, es arriesgado –sentencia su ex maestro a su padrino de forma rotunda. Este último rueda los ojos y resopla sonoramente llamando, por breves segundos, la atención de los demás.

Harry se levanta de un salto con la excusa de ir al baño. Su padrino ya había abierto la boca para replicarle a Lupin y sólo Merlín sabía que aquello desataría una fuerte discusión como en los últimos días.

Sirius le pediría su opinión y él tendría que decidir entre apoyarlo o velar por aquello que era mejor para su seguridad y no tenía ni una pizca de ganas de que su padrino comenzara a compararlo con las decisiones que hubiese tomado su padre. "Seguro James correría el riesgo conmigo" podía apostar que le diría.

Camina silenciosamente por el pasillo para no despertar al retrato de la señora Black y luego se apresura a subir las escaleras para dirigirse a la habitación que compartía con Ron. En cuanto pone un pie dentro del lugar, percibe un intermitente picoteo en el cristal de la ventana.

Enciende la luz y se dirige para averiguar el origen del ruido.

Ahí, camuflada bajo la oscuridad de la noche, reconoce unos enormes ojos verdes que lo miraban fijo. Era la lechuza que había regalado a Malfoy.

El día que la compró había estado unos cuantos minutos viendo a las aves. Era la única especie de la tienda que estaba dispuesto a comprar para Malfoy ya que entre las mascotas que estaban permitidas en Hogwarts, no se iba a arriesgar a comprarle un sapo, porque nadie quiere uno realmente salvo Neville y a duras penas. Un puffskein tampoco, pudo escucharlo mofándose de él en cuanto la idea bailó en su mente "¿Llamas a este montón de pelos una mascota, Potter?". Si le regalaba un gato estaba seguro de que se quejaría por los pelos que sueltan. Así que lo único que veía factible era un ave.

Recorrió las numerosas jaulas de las distintas especies de lechuzas que disponía la tienda, pero en cuanto posó sus ojos en el hermoso búho negro, éste, a diferencia de las otras, le agitó las alas animadamente invitándolo a acariciarlo. Era suave y Harry pudo notar que el ave se sentía a gusto cuando rozaba con su mano las plumas de sus alas.

—¡No puedo creer que se haya dejado acariciar! –había exclamado un vendedor tan fuerte, que la pobre lechuza se había espantado soltando un sonoro graznido. —Ese infeliz no deja que nadie se acerque a él.

—¿ah sí? Parece que le gusta que la acaricien –le comentó Harry al alto chico quien lo atendía.

—Es un engreído. Lleva aquí una eternidad, nadie se la quiere llevar porque en cuanto se acercan a él empieza a dar picotazos –el vendedor miró con el ceño fruncido a la lechuza, como si quisiera ofenderlo. —Es jodidamente exigente, además, come sólo ratas frescas y se niega a tomar agua que lleva más de una hora... si te ha gustado realmente no te la recomiendo –agrega más bajo, posiblemente para que el dueño del lugar no escuchase.