10 Pasos para enamorar a Potter | Drarry/Harco

Paso 7: Las cosas como son

Paso 7: Las cosas como son.

Harry sabía que ya era hora de irse, pero aun así caminaba junto a Ron mientras el pelirrojo hacía sus rondas que le correspondían como prefecto.

Hablaban sobre quidditch, deberes, de lo que podría estar pasando en Grimmauld place entre otras cosas, y ninguno quería acabar con la conversación y volver a la sala común.

Es por eso que cuando ya habían recorrido el último pasillo, Ron abre una de las puertas de un salón y ambos ingresan, a la espera de que Hermione tarde o temprano los encontrara.

—¿Quieres un cigarrillo? –pregunta el pelirrojo, extendiéndole la cajetilla a Harry. El ojiverde sonríe con una ceja en alto mientras toma uno de ellos.

—¿Desde cuándo fumas, Ron? –El chico termina de prender el cigarro que tenía entre sus labios antes de encogerse de hombros.

—¿Desde cuándo lo haces tú?

—La última vez que lo hice fue... -intenta recordar —para navidad, esa noche que encontramos a Sirius en una habitación con hierba.

Ron se larga a reír.

—Si mi madre se hubiese enterado de que Sirius no sólo nos ofreció sino que insistió en que teníamos que fumarnos un porro le habría dado un infarto.

—Hubiese sido el fin de Sirius. –opina —y ¿De dónde sacaste estos? –agrega, para luego darle una calada al tabaco sabor chocolate.

Realmente, ni Ron ni Harry sabían fumar muy bien, pero ambos estaban haciendo grandes esfuerzos y habían evitado con éxito la sesión de tos.

El pelirrojo parece concentrarse mucho en su cigarrillo y luego se encoge de hombros fingiendo muy mal naturalidad.

—Ah, estos. ¿De dónde los saqué? –Se acaricia la barbilla y luego lo mira a los ojos —No lo recuer... ¡Ah, cierto! Me los dio Zabini.

Harry levanta ambas cejas, burlón, y Ron se apresura a continuar.

—Estábamos Neville, Seamus y yo... en la última reunión ¿Recuerdas? Entonces, cuando terminó la clase se nos acercó Zabini para ofrecernos uno... Bueno, Neville desconfió un poco y se fue. Pero yo acepté ¿sabes por qué? Porque veía en su rostro Slytherin las ganas de decirme niñito por no aceptar –Ron frunce el ceño —Seamus también aceptó, y cuando acabamos le entregué la cajetilla de vuelta, porque me la había guardado, pero me insistió en que me la quedara y se fue antes de que pudiera decir algo.

—Que tipazo es Zabini ¿no?. –se burla.

—Para nada.

—¿Sabes lo que es raro? –dice Harry —Ver a Zabini en las reuniones del E.D y además, siendo tan...

—¿Agradable?

—Exacto. Parece una persona totalmente distinta –continúa Harry, sentándose en la silla del profesor mientras que Ron se sentaba sobre el escritorio.

—No le queda otra opción, es el único Slytherin... Ni si quiera sé por qué quiso participar del E.D –Ron arruga la nariz con repulsión. —Yo no confío nada en él.

—Tú lo invitaste...

—Estaba ebrio, no cuenta –Ron rueda los ojos —Seguro trama algo.

Harry se encoge de hombros alejando las sospechas de Ron. Se quedan en silencio y a su mente viene la extensa lista de deberes que tenía por hacer durante la semana y que no sabía por dónde empezar. Mira su cigarrillo, deseando que fuese eterno, para retrasar lo inevitable, para volver tan tarde que no le quede más opción que dormir y así, seguir posponiendo su redacción de pociones.