Paso 10: Ahora, demuestra lo que sientes y sólo espera

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Paso 10: Ahora, demuestra lo que sientes y sólo espera. 

Draco no podía evitar sentirse fuera de lugar en aquella situación.

Rodeado de leones, intentando pasar desapercibidos mientras Potter los guiaba a un lugar del que solo él tenía conocimiento.

Por suerte Blaise había insistido en ir también con ellos, así al menos tenía con quien intercambiar palabras y una que otra mirada, porque salvo Potter y Lovegood, el resto sólo se dedicaba a mirarlo con desconfianza. A él no le importaba en absoluto pero tampoco era muy alentador, y es que si las cosas se ponían feas ¿Lo ayudarían si lo requería o solo se salvarían el trasero entre ellos?

La caminata resultaba eterna. A Draco le daba la sensación de que caminarían por horas entre los infinitos estantes llenos de esferas luminosas y polvorientas. Por si fuera poco sentía que alguien los estaba viendo y que no pudiesen ver más allá de lo que sus varitas alcanzaban a iluminar lo ponía un poco paranoico.

—Harry, esta dice tu nombre. –había dicho alguien.

El pelinegro se acerca donde los demás se habían reunido y, en efecto, una de las esferas estaba ubicada en un lugar con "Harry Potter" en la placa.

En cuanto el Gryffindor toma la esfera un hombre con máscara aparece tras él. A Draco lo recorre un escalofrío por toda la columna vertebral que se incrementa cuando siente la punta de una varita en su nuca.

Supo enseguida que estaban rodeados.

—Potter, sabíamos que te aparecerías por acá –musita el hombre con la voz ligeramente distorsionada por la máscara.

—¿Dónde está Sirius? –pregunta el pelinegro con demasiado vigor para sorpresa del rubio.

—A estas alturas, ya deberías aprender a diferencia entre lo que es real y lo que no –responde el mayor y a Draco casi se le detiene el corazón cuando reconoce a la perfección el tono de voz del hombre, inundaba en un sarcasmo que escuchaba usualmente.

Sin embargo, no alcanza a pensar mucho más. Un rayo de luz vuela directo hasta su padre que sabe esquivar demasiado bien antes de desparecer. Así los hechizos comienzan a volar con velocidad entre ellos.

—¡No se separen! –grita el pelinegro.

Draco aprieta su varita. Preparado para lanzar cualquier embrujo ante la más mínima señal de ataque, y demasiado preocupado intentando reconocer a su padre para asegurarse de que no le hicieran daño.

—Potter –le dice en un susurro —Dame esa mierda que tienes, a mí no me harán nada.

—Ni hablar –dice tajante —Te puede pasar algo.

—Sabes perfectamente quien se encuentra ahí con una de esas máscaras –le recuerda, con la mandíbula apretada.

—Nos llevan lanzando maldiciones por unos buenos minutos, dudo que esté con ellos. –razona el pelinegro sin despegar la vista de los pasillos oscuros.

Draco está a punto de replicar cuando una figura se sitúa repentinamente frente a ellos. Y sucede todo tan rápido que ninguno alcanza a hacer nada cuando unos dedos envuelven la muñeca del rubio y al segundo siguiente ya se encontraba en una habitación.

—¿Se puede saber que mierda estás haciendo aquí, Draco? –pregunta su padre, tan furioso como jamás lo había visto en su vida.

—Me has dicho que hiciera lo posible para que Potter saliese del castillo ¿No es así? –le responde el rubio en un intento de aplacar la molestia del mayor.

10 Pasos para enamorar a Potter | Drarry/HarcoWhere stories live. Discover now