Paso 8: Respira hondo y escucha (un Slytherin sabe perdonar) | Parte 2

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Paso 8: Respira hondo y escucha (un Slytherin sabe perdonar) | Parte 2

Draco escuchaba un murmullo de voces a su alrededor, sin embargo, no tenía certeza de en dónde se encontraba.

Se había dormido en algún momento, y a pesar de que recordaba haber accedido ir a enfermería, no recordaba haber caminado hasta allí, así que bien podía encontrarse en su cama del dormitorio de los chicos.

De todas formas, esperaba estar en enfermería.

Su cuerpo seguía doliendo y la fiebre alcanzaba un grado más temperatura a cada minuto. El frío se había acabado junto con los temblores, pero ahora tenía tanto calor. Sentía que se ahogaba en aquel dormitorio y lo único que quería era su varita para realizar algún hechizo que mantuviese el lugar fresquito para él.

Escucha una conversación. No quiere abrir los ojos para ver quiénes son pero tampoco puede distinguir las voces.

—¿Dónde estoy? –Pregunta. O cree preguntar porque su voz se escucha lejana y quizás la fiebre ya la está quemando el cerebro. Draco se promete a sí mismo que nunca más en la vida rechazará la medicina.

—En enfermería –responde alguien. Voz estricta, parecida a la de McGonagall... quizás sea ella pero ¿Qué rayos estaría haciendo en enfermería con él? Draco quiere preguntar pero un par de dedos se posan sobre sus párpados y tiran de ellos. Puede que no sea McGonagall sino la enfermera Pomfrey... es lo más lógico pero con tanta fiebre y tanto dolor, no puede pensar con claridad. Una luz cegadora proveniente de una varita quema sus pupilas. —Sigue la luz, muchacho. –le ordenan. Ni una mierda. Draco cierra los ojos con fuerza. La luz le molestaba demasiado. Su medimago de cabecera jamás habría sido tan tosco al momento de tratarlo —Pero, Señor Malfoy, no puedo examinarlo si no se deja... como sea. Alcancé a ver algo y no, por suerte no es viruela de Dragón.

Draco arruga la nariz. Sólo quiere que le den algo para sentirse mejor.

—Ahora escúchame bien, Potter. –La mujer hablaba tan rápido que le pareció oír que llamaba a Potter. —Dos cucharadas de jarabe de miel y ajenjo, esto es para que pueda dormir bien y el malestar no lo despierte. Cinco gotas del jarabe con la etiqueta naranja, es para que la fiebre baje ¿si? Y la píldora verde que está ahí... no, esa no... sí, esa, debe ser una. Luego te puedes ir porque yo vendré en cuanto estabilice al otro niño. Gracias.

Escucha como los pasos de Madame Pomfrey se alejan pero aun percibe a alguien a su lado.

Quizás la profesora McGonagall realmente estaba ahí...

—¿Malfoy? –escucha una voz más grabe que no, no era de mujer, pero tampoco de un adulto. Abre los ojos y como la luz llegaba tras él sólo podía distinguir una silueta. Silueta que curiosamente tenía anteojos redondos y anticuados como los del cara-rajada. —Te tomarás esto y no quiero reclamos.

Draco se incorpora un poco apoyándose de los codos. Abre los ojos nuevamente pero la vista nublada y el dolor de cabeza lo obligan a cerrarlos. Además, la fiebre podría traicionarlo.

—¿Quién eres? –pregunta intuyendo lo peor...

—Salazar Slytherin. –Él quizás estaba al borde de la muerte y tenían el descaro de joderlo así. —¿Cómo te sientes?

El tono de voz dejaba en evidencia cierta preocupación que confunde un poco a Draco.

Va a responder, aunque su estado era totalmente obvio, cuando comienzan a palpar su frente.

—¡Joder, tienes mucha fiebre! –Si Draco tuviese más energías diría algo ante la obviedad del cometario. Que observador eres, pero prefiere guardar silencio. —Me contaron por ahí que no te gusta la medicina...

10 Pasos para enamorar a Potter | Drarry/HarcoWhere stories live. Discover now