10 Pasos para enamorar a Potter | Drarry/Harco

Paso 4: Intenta conocer a sus amigos, de seguro lo valora | Parte 2

Paso 4: Intenta conocer a sus amigos, de seguro lo valora | Parte 2

Harry mira por sobre su hombro, otra vez, al grupo de Slytherin que caminaba tras ellos conversando entre sí, y luego vuelve la vista al frente para no tropezar.

Caminaba junto a un grupo de alumnos que se componía principalmente por chicos de quinto y sexto año, un puñado de los de séptimo, quienes se habían aburrido en el Gran Comedor, y uno que otro curioso de cuarto año que había escuchado sobre los improvisados planes de los mayores.

Si el pelinegro tuviese que catalogar esa noche, definitivamente sería como una de las más extrañas que había tenido hasta el momento.

O extraña no, quizás no era la palabra correcta para definirla pero si era la que más se acercaba a la situación, y es que era la noche más improbable que podía haber imaginado vivir.

Empezando con el hecho de que compartió mesa para cenar con el grupo de chicos que hasta el año anterior no habían cruzado palabra alguna que no fuera para ofender al otro.

Y no sólo eso, sino que acudió a la celebración como pareja de uno de ellos. Zabini. El Slytherin.

Vuelve a mirar disimuladamente hacia atrás una vez más. Parkinson iba sujeta del brazo de Malfoy mientras este último le iba hablando de quién sabe qué.

Las sonrisas que se dirigían ambos, la forma en que iban tomados del brazo, como se miraban y la confianza palpable que los rodeaban ambos podían hacer creer a cualquiera que existía algo romántico entre ellos, pero Harry podía apostar la calificación de sus T.I.M.O.S a que la única relación que mantenían era de amistad. Estaba seguro. Él se vería exactamente igual a ellos hablando con Hermione o con Ginny.

Sus ojos se encuentran con la mirada de Malfoy así que enseguida se gira y finge unirse a la conversación/discusión que Hermione y Ron estaban teniendo en ese instante.

—No sabía que era whisky de fuego, Hermione –le dice Ron, exasperado —Tenía sabor a jugo de calabazas.

—Puedo dar fe de que eso suele suceder –apunta Harry. Hermione le frunce el ceño molesta, cruzándose de brazos.

A juzgar por la expresión suspicaz con la que Hermione miraba hacia su alrededor, Harry imagina que estaba meditando muy seriamente si ejercer su rol de prefecta o sólo limitarse a vigilar. Sin embargo, la mayoría de los prefectos se encontraba caminando con ellos hacia el aula en desuso y ninguno parecía tener intenciones de impedir la improvisada reunión. A fin de cuentas, salvo por el whisky, no estaban haciendo nada en contra de las reglas. Esa noche no había toque de queda.

—Bien, entremos a este salón –anuncia una chica de Hufflepuff de séptimo año.

—Al salón se ha dicho –exclaman los gemelos Weasley al mismo tiempo.

A los minutos después era como si una parte de la fiesta del Gran Comedor hubiese sido extraída para ser llevada al pequeño salón del segundo piso.

Algunos chicos se habían encargado de la enorme fuente de ponche, otros habían tomado prestada la iluminación de decoración de los jardines haciéndola flotar por todo el perímetro y los gemelos Weasley habían hecho lo suyo apoderándose de unas cuantas bandejas de los bocadillos que se estaban ofreciendo en el Gran Comedor. Pero a juzgar por la cantidad exorbitante de comida que había en estas, Harry sospechaba de la habían obtenido de alguna otra parte.

Harry se encontraba entre Ron y Hermione, sentados en el frío suelo de piedra del salón.

Habían formado un círculo para llevar a cabo el juego y una chica de Ravenclaw de largo cabello ondulado se había parado en medio de éste para explicar las reglas del asunto, muy seria como quien estuviese dando las instrucciones para aprender un nuevo encantamiento.