10 Pasos para enamorar a Potter | Drarry/Harco

Paso 6: No le cuentes aún de que es probable que no les guste a tus padres.

Paso 6: Si es el caso, no le cuentes al chico aún (es posible que ya lo sepa) de que es probable (es un hecho, en realidad) que no les guste a tus padres (no lo soportan (lo odian)).

La cadena de malas noticias comienza el viernes por la mañana, cuando las lechuzas entran en bandada al Gran Comedor para llevar el correo.

Draco distingue con facilidad a Aries apenas cruza las ventanas. Es una de las lechuzas más grandes, con las plumas más brillantes y la más veloz de todas. Vuela directo hacia él, sin mirar hacia ningún lado y en cuando llega, extiende las alas todavía más, orgullosa, como si entregar el correo se tratara de una competencia.

—Es tan bonita... Jamás había visto una de ese color tan intenso –dice Pansy mirando al ave mientras descuelga un pergamino de la suya. Draco asiente —¿Qué te envían tus padres? -agrega curiosa mientras el rubio toma entre sus manos el paquete que Aries le llevó.

—Un sweater, seguro –Draco lo abre y tal como predijo, saca un sweater color vino y cuello alto. Bufa. —Que predecible son mis padres.

—Me gusta, a mí solo me enviaron un perfume –se veía igual de decepcionada que Draco. —Oh, Merlín, y dinero. –Sonríe guardando el saco de monedas en uno de los bolsillos interiores de su túnica.

Draco guarda el sweater dentro de su mochila y toma un par de galletas saladas para dárselas a su lechuza. Aries las recibe encantado y luego extiende las alas para marcharse.

Igual que siempre que le lleva correo, se devuelve por la mesa de Gryffindor y vuela lo suficientemente cerca para rozar con el ala a Potter, no tan fuerte como para hacerle daño, ni tan suave como para que sea una muestra de cariño pero sí lo bastante para que sea molesto.

Sonríe y aprecia aún más al ave por joder a Potter.

—Aries siempre hace eso –ríe Pansy, sin quitar la vista de la mesa de los leones —¿Cómo entreno a mi lechuza para que también moleste a Granger? –. Suspira. Draco levanta las cejas —O a cualquier Gryffindor, la verdad.

—Un ave excepcional hace cosas excepcionales –Draco se encoge de hombros y Pansy mira a su lechuza como evaluándola antes de darle una galleta.

Draco vuelve la vista entonces a su pergamino y se percata de que la envía su padre.

Bebe un sorbo de leche y lee

Draco:

Te escribo esperando que hayas tenido una buena semana. Me enorgullece totalmente no haber recibido más noticias que pongan en duda tu intachable comportamiento y los buenos modales que te hemos inculcado.

Es bueno saber que tu castigo finalmente ha terminado y lo de las tutorías puedo negociarlo con Dumbledore... por el momento tendrás que hacerle frente.

Hijo, la razón principal por la que te escribo es para avisarte de que estaré en Hogsmeade mañana y necesito hablar contigo en persona.

Necesariamente tiene que ser mañana, así que te espero en el segundo piso de Dervish & Banges en cuanto abran las puertas de Hogwarts.

Tu madre envía saludos y quiere que sepas que te queremos.

Nos vemos mañana, Draco.

-Lucius Malfoy.

Draco dobla el pergamino, lo guarda entre sus libros y se termina el desayuno sin la misma energía con la que había despertado.

De pronto, la comida era más desabrida.

Para cuando camina hacia su primera clase se da cuenta que está un poco molesto y que Pansy le insista en que huela su perfume nuevo no ayuda en nada.