14. Siempre

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Aitana

Abrí los ojos y el sol colándose por la ventana de mi habitación fue lo primero que pude ver y sentir en mi cara.

Me tapé los ojos instintivamente mientras buscaba a tientas mi teléfono en mi mesita de noche.

Cuando conseguí encontrarlo, un mensaje apareció en la pantalla. Sonreí al ver que se trataba de Luis, para transformar la sonrisa en un sollozo apagado al leerlo.

"Pequeñaja, no voy a poder ir hoy a Barcelona. Asunto urgente con la discográfica, ya te contaré. Espero que disfrutes de tu cumple con tu familia y amigos. Te quiero. Y eh, lo siento mucho."

Hoy era mi cumpleaños; 27 de junio. El día acababa de comenzar y yo ya sentía que sería el peor cumpleaños de mi vida.

Había accedido a venir a Barcelona ante la insistencia de mi madre. Con la promesa de Luis de que vendría a pasar el día conmigo.

Y para colmo, cuando les había dicho a mis amigos que podríamos ir a cenar para celebrarlo, la mayoría estaba de vacaciones en diversos puntos del mundo. Solo Marta y un par más de amigas habían accedido. Junto a toda mi familia, claro.

Me dolía mucho que Luis no pudiera venir a estar conmigo en nuestro primer cumpleaños juntos. Pero tenía que entender que el trabajo es lo primero. Así que respiré hondo y contesté:

"Jo, me hubiera encantado que estuvieses aquí, conmigo. Pero no importa, ya lo celebraremos los dos juntos. Espero que lo de la discográfica sean buenas noticias. Te quiero."

Deje el móvil sobre la cama y tras vestirme, baje los escalones de dos en dos. Al final de estos, estaban mis padres, sonrientes.

- ¡Felicidades! – gritaron los dos a la vez.

- Luis no viene al final. – tras abrazarlos, solté la bomba. E intente que mi tono denotara que estaba calmada ante la situación.

- ¿Y eso? – mi madre, Belén, cambió la sonrisa por una expresión de sorpresa.

- Le ha surgido algo en la discográfica y tiene que ir.

- Bueno, cariño. Son cosas que pasan. Estoy segura de que le hubiera encantado estar aquí. – mi padre pasó su brazo por mis hombros y me abrazó.

- Lo sé. Ha sido un poco un jarro de agua fría pero bueno, no se cumplen 19 todos los días, ¿no? – dije, intentando autoconvencerme.

- ¡Esa es la actitud! – mi madre pellizcó mi nariz. – Mira lo que ha llegado para ti esta mañana.

Mi madre, nerviosa, me extendió un sobre rojo con mi nombre escrito en la portada.

¿Quién me estaba mandando una carta? Procedí a abrirla rápidamente y pude comprobar que solo había dos frases escritas.

"Esta es tu primera misión. Ponte algo cómodo y fresquito, y ve a la playa. Has de llegar antes de las 12. ¡Corre!"

La letra era de mi amiga Marta y sonreí pensando que seguro iba a darme una sorpresa. Esto era típico suyo. Desde luego, era la mejor amiga del mundo.

Dejé a mis padres sorprendidos leyendo la carta en el sofá y subí a mi cuarto lo más rápido que mis piernas me permitieron.

Me puse un bikini y un vestido playero encima. Estaba siguiendo las instrucciones de la carta.

La playa estaba a diez minutos escasos de mi casa, así que, tras despedirme de mis padres, corrí atropelladamente hacia ella. Al llegar, pude ver que, apoyada en una de las rocas, se encontraba Marta. ¡Sabía que era ella!

Yo quiero más || AitedaWhere stories live. Discover now