Yo quiero más || Aiteda

16. Recuerdos

Aitana

Solo habían pasado dos días. Dentro de mí, la realidad se distorsionaba hasta el punto de qué podría haber jurado que habían pasado años.

Me miré en el espejo del hotel donde había decidido quedarme. Parecía haber envejecido; las ojeras surcaban mi rostro, mis ojos estaban hinchados y rojos, y mi cara, normalmente con un leve rubor en las mejillas, me saludó desde el otro lado del reflejo con un tono pálido.

Cerré la puerta del baño con demasiada fuerza. Empezaba a crecer dentro de mí la rabia y el dolor. Ambos sentimientos me impedían respirar; haciendo que inspirar y exhalar me resultase cada segundo más complicado.

Decidí relajarme como llevaba dos días haciéndolo. Cogí la guitarra, que se encontraba encima de la cama, y rasgué un par de cuerdas.

Los recuerdos de Luis enseñándome los acordes, poniendo su mano sobre la mía para corregir mis dedos... se apoderaron de mi mente. Dejé la guitarra con un seco golpe en el suelo y me limpié bruscamente una lágrima que recorría silenciosamente mi mejilla.

Todo me recordaba a él. Mi cabeza estaba llena de recuerdos, de momentos compartidos junto a él. Y es que mi vida había cambiado gracias a él. Y yo, como siempre, lo había echado todo por la borda.

Cada vez que recordaba cada palabra expulsada por mi boca, me costaba creer que de verdad hubiera sido tan ingenua y tan cruel con él. Había sido una desagradecida. Y había sido la culpable de que nuestra relación, tan real y bonita, hubiera quedado reducida a pedazos.

Había intentado contactar con él de todas las maneras posibles. Lo había llamado, le había mandado infinidad de mensajes. Incluso me presenté en su piso una vez. Rota, deshecha, llamé a la puerta un millón de veces, hasta que Roi me abrió y tras darme un fuerte abrazo, me susurró:

- Aitana, tienes que irte. Por el bien de ambos. Luis dice que ya te lo dejo todo claro. Lo siento, sister. – su semblante triste me dejó claro que no había nada que rebatir.

Y me fui. Claro que me fui. Y llegué al hotel aún más rota que al irme. Y mira que eso era complicado.

Sacudí mi cabeza al revivir ese momento. Cogí mi cuaderno, donde escribía todas mis canciones, y leí lo que había escrito esa madrugada, cuando el insomnio y la falta de los brazos de Luis alrededor de mi cuerpo no me permitieron dormir.

"Yo sé que fue por mi que acabó esta historia

Y queda en manos de mi memoria

Que por las noches te pueda ver

Porque nunca admití estar enamorada

Siempre lo supe y no dije nada

Mi corazón se quiso esconder

Dirá la gente que yo estoy loca

Si yo estoy loca, es porque andas en mi cabeza

Quise obligarme a olvidar tu boca

Y ahora mi boca dirá que si tú regresas

Vas a quedarte

Porque te juro que esta vez voy a cuidarte

A nuestra historia le hace falta una segunda parte

Aunque nos digan que eso nunca sale bien

Vas a quedarte

Yo haré de todo por volver a enamorarte

Yo tengo miedo porque nunca pude reemplazarte