28. Campanas

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Aitana

- ¡Este es para ti, Aitana! – Ana llamó mi atención desde el otro extremo de la habitación, señalando un pequeño paquete que yacía en el suelo, olvidado.

- ¿Otro? – mis ojos se abrieron de par en par, expresando así mi sorpresa. – Pero si yo ya he abierto el regalo de todos. No me falta ninguno.

Confundida, miré a cada uno de mis amigos y a Luis. Era Navidad y tras cenar, estábamos desenvolviendo los regalos que descansaban debajo de un improvisado árbol decorado con calcetines de Roi.

- Buah, tía, ábrelo ya. – Amaia resopló haciéndome sonreír. – Anda que me iba yo a quejar de tener otro regalo.

Caminé despacio hacia el árbol, teniendo cuidado de no tropezar con las decenas de trozos de papel de regalo que cubrían todo el suelo. Podría quejarme y decir que somos un desastre, pero eran mi familia y no podía sentirme más real y segura que allí; rodeada de caos, risas, bromas y, sobre todo, mucho amor.

- ¡Ya voy, jo! – me agaché y pude comprobar que el regalo en cuestión era una pequeña caja cuadrangular. - ¿De parte de quién es? No pone ningún nombre.

Todos me miraban confundidos, encogiéndose de hombros. Luis negó con la cabeza rápidamente, indicando que no era suyo.

- Chicos, siento decirles que de un fantasma no puede ser. – Ana sacudió su pelo rizado en el aire. – No jodan y digan de quien se trata.

Rasgué el papel con sumo cuidado, mientras sentía los nervios despertar en mi interior.  Algo parecido a un cosquilleo se instaló en mi estómago, no dándome ni un segundo de tregua.

Una caja negra de terciopelo apareció entre los restos del papel. La abrí con delicadeza y me sorprendió descubrir que estaba completamente vacía. No había nada dentro.

- ¿Esto es una broma? – suspiré, riéndome mientras le mostraba al resto la caja.

- ¡Roi! – Miriam corrió a pegarle una colleja a Roi, mientras este cubría su cabeza con un cojín, protegiéndose.

Busqué con la mirada a Luis, extrañando sus sordas carcajadas entremezclándose con las del resto.

- ¿Dónde está Luis? – pregunté, alarmada.

No había ni rastro de él en toda la habitación.

Cepeda

Iba a hacerlo.

El momento había llegado y no podía echarme para atrás.

Mi cabeza no paraba de dar vueltas mientras iba de un lado al otro del jardín. Un 25 de diciembre, en medio de una montaña, con los grados bajo cero riéndose de mi y de mi nerviosismo.

Había tenido que salir del salón porque sentía una opresión en la garganta que me impedía respirar. Y odiaba esa sensación.

Tomé aire y decidí que era ahora o nunca. Que todo lo pasado había de quedarse en el tintero, secándose. Que era el momento de escribir una nueva historia con nueva tinta; una llena de fuerza y ganas. Y estaba totalmente seguro de que, si no era con Aitana, no iba a ser con nadie más.

- ¡Luis! – escuché las voces de mis amigos cada vez más cerca, buscándome, seguramente preocupados por mi repentina ausencia.

- Voy. – susurré, aun sabiendo que nadie iba a escucharme.

Respiré hondo, sintiendo el aire entrar en mis pulmones y metí mi mano en uno de los bolsillos de mi chaqueta vaquera. Cerré mi mano en un puño y entré.

Entré a un puto campo de batalla donde estaba a punto de acabar con todos mis demonios. A punto de acabar la guerra dentro de mí y abrir una nueva; una donde no habría armas ni lágrimas. Una guerra a mi manera, donde la única herida existente será abrir el corazón en canal, sin barreras. Sin putas barreras, Cepeda.

- Aitana. – agitada y sudorosa, apareció frente a mí como si de un ángel se tratase. – Hola.

- ¿Dónde coño estabas? – su flequillo despeinado y sus pies descalzos me hicieron sonreír. – Y encima te ríes.

- ¿Sabes que te quiero? – suspiré y cogí sus manos entre las mías, acariciándolas. – Podría soltarte aquí el rollo de mi vida y decirte todo lo que significas para mí. Pero joder, te he escrito un puto disco solo para ti. Creo que lo sabes.

Ella sonrió, mientras sus ojos se cristalizaban. Mi puño dentro de la chaqueta temblaba, vaticinando el huracán que se aproximaba.

- A tomar por culo. – abrí el puño y me agaché lentamente, ante la mirada sorprendida de Aitana.

Saqué un anillo de plata, sencillo, de mi bolsillo y se lo mostré. Una lágrima resbaló por mi mejilla y una llamarada de calor se instaló en mi pecho, reconfortándome.

- ¿Quieres casarte conmigo? – del otro bolsillo saqué un pequeño donut, como el que ella me había dado cuando confirmamos nuestra relación, y lo puse al lado del anillo.

El silencio se instaló en la habitación y sentí que mi corazón dejaba de latir. Aitana estaba en shock; ni siquiera parpadeaba.

De repente, sentí miedo. Miedo por haberme precipitado, por dejar que mi amor por ella me nublara el juicio. Por no haber pensado en la edad de ella, por haber sido tan egoísta.

- Joder, perdón. – me puse de pie rápidamente. – Lo siento, olvídalo.

- Sí.

- Es normal que no... - me paré de golpe. - ¿Qué?

- Que claro que quiero casarme contigo. – las lágrimas resbalaban por el rostro de Aitana como si de una cascada se tratara. – Lo haría hoy mismo si quieres, Luis Cepeda.

Solo sentí los brazos de Aitana alrededor de mi cuello, su cuerpo fundiéndose con el mío. Sus labios buscando los míos, desesperados por encontrarse. El anillo deslizándose por su dedo, mojado de lágrimas.

- Soy el hombre más feliz del mundo ahora mismo. – besé su nariz, subiendo hasta su frente y terminando en su pelo.

La sonrisa de Aitana podría haber iluminado una ciudad en medio de un apagón. Sus ojos brillaban, llenos de ilusión.

- ¡Aquí estáis! – Ana y todos los demás aparecieron. - ¿Qué os pasa?

Aitana solo pudo enseñar el anillo antes de que una abalanza de cuerpos se abriera paso contra nosotros. Como dos años atrás había sucedido al enterarse de que estábamos juntos.

La puta guerra de felicidad había comenzado y venía para quedarse.

Y ni las campanas de la iglesia  podían sonar con tanta fuerza y alegría como lo hacía ahora mi corazón.


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No quería dejaros sin un final a esta bonita historia que tantas alegrías ha traído a mi vida.

Este no es el final, habrá unos tres o cuatro capítulos más antes de que esto acabe.

Espero que os haya gustado y que votéis y comentéis mucho para poder subir capitulo lo antes posible!!
También barajó la posibilidad de escribir otra cuando esta se acabe. Dejadme en comentarios si os gustaría la idea ❤️

GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE

GRACIAS

💙💛

Yo quiero más || AitedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora