Clavel - Corazón que suspira

Libro 2 - La evolución del perro leal (14)

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Cuando el Profesor Dong escuchó esta voz sombría, levantó las cejas y sonrió con picardía. ―¿Qué pasa? ¿Me llamas porque te has metido en problemas? 

―Mi buen hermano.

La persona que justo antes había corrido hacia él se congeló de repente, sus ojos se centraron inconscientemente en Duan Jingzhe durante un par de segundos. Cuando se dio cuenta de que Duan Jingzhe lo miraba de forma inexpresiva y vacía, volvió a enfadarse de repente. Miró furiosamente a Duan Jingzhe durante un segundo, y luego se abalanzó hacia Dong Haoyang, con los ojos entrecerrados amenazadoramente: ―¡Toma tu excéntrico comportamiento y deshazte de él ya! 

Al profesor no le afectó la amenaza y se pasó la lengua por los labios de forma algo insidiosa, sin dejar de observar intensamente a Duan Jingzhe con un par de ojos oscuros de flor de melocotón.

Ante la agravante forma de actuar de Dong Haoyang, el rostro del nuevo compañero de Duan Jingzhe se ennegreció de inmediato. Blandió su puño en la cara de Dong Haoyang y corrió hacia él.

El profesor esquivó ágilmente su ataque, bloqueando el puño que le llegaba con su propia mano. La expresión provocativa de su rostro desapareció, siendo sustituida por una expresión de pereza. ―Bien, no me burlaré de tu cariño.

La persona frente a él se puso tan rígida como una tabla.

Los ojos del Profesor Dong eran los ojos de un espectador que miraba una buena obra. Puso una expresión confusa. ―¿Pero por qué disfrazaste tu rostro? ¿No es incómodo? 

Al terminar de hablar, el maestro Dong, con la brusquedad de un rayo, se arrancó una capa de material de la cara, lanzándola en dirección a Duan Jingzhe, que la atrapó inconscientemente. Cuando el compañero de Duan Jingzhe aún no se había dado cuenta de lo ocurrido, el profesor, con una agilidad excepcional, desapareció de la vista.

Duan Jingzhe miró algo aturdido el material que tenía en sus manos, confundido.

El compañero de cuarto de Duan Jingzhe estaba de pie, rígido, de espaldas a él. Sólo después de un largo rato, la persona pareció enderezar sus hombros, como si finalmente hubiera tomado una decisión, y se volvió lentamente hacia Duan Jingzhe, diciendo con altivez: ―Sólo he venido a ver a mi hermano. ¡No tiene nada que ver contigo!

Duan Jingzhe parpadeó, pensando que la persona que tenía delante le resultaba realmente familiar.

Dong Qingzhan miró la cara inexpresiva de Duan Jingzhe, ¡¡¡y de repente se dio cuenta de que el maldito campesino no le reconocía en absoluto!!!

Dong Qingzhan se enfadó de repente, sus dientes se apretaron tanto que castañeaban, sus puños se cerraban y aflojaban, una y otra vez. Al final, no apuntó a Duan Jingzhe, sino que entró en el dormitorio con la cara negra. Con un fuerte golpe, cerró la puerta.

Duan Jingzhe miró la puerta aún temblorosa, todavía confundido, y frunció el ceño.

Esta persona me resulta muy familiar. ¿Quién es?

Duan Jingzhe se quedó en el salón con el rostro inexpresivo y reflexionó sobre la identidad del hombre de la habitación. Ya había pasado media hora cuando de repente sus ojos se iluminaron.

¡Dong Qingzhan!

El corazón de Duan Jingzhe estaba animado y sus ojos brillaban. Dudó un momento y luego corrió alegremente hacia la puerta del dormitorio, llamó a ella y dijo: ―¡Dong Qingzhan! 

No sabía qué decir, y después de permanecer en silencio durante un rato, se limitó a gritar su nombre de nuevo.

La cara de Dong Qingzhan era ahora tan oscura como la tinta negra.