Clavel - Corazón que suspira

Libro 2 - La evolución del perro leal (22)

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 Dong Qingzhan había estado muy deprimido últimamente.

Acababa de perseguir a su futura esposa en los últimos dos días, y justo cuando estaba listo para ser dulce, fue llamado por sus subordinados.

Como alguien que acababa de tomar una licencia, sentía que debía tener beneficios de vacaciones. Todos los demás tenían una luna de miel después de casarse. Él acababa de encontrar a su futura esposa. ¿Por qué no podía tener una corta luna de miel?

Aunque era reacio en el fondo, Dong Qingzhan regresó con firmeza a su propia nave espacial.

Sólo que su rostro estuvo negro todo el tiempo.

―¿Jefe? ―Yu Yong miró a su jefe y su extraña complexión y dijo con cuidado: ―No pareces muy feliz.

Dong Qingzhan le miró con ojos oscuros e inyectados en sangre. Su gran disgusto se hizo evidente antes de que emitiera un sonido, y el sonido que finalmente emitió fue lo suficientemente frío como para congelar el agua. Dijo: ―Ja. Ja.

Yu Yong no pudo evitar un escalofrío.

Había estado allí cuando el jefe estaba lleno de ira, vio al hombre cuando había estado sediento de sangre y decidido, pero nunca lo había visto en este estado hoy.

Aunque se parecía mucho al deseo.

Cuando este pensamiento pasó por la cabeza de Yu Yong, se sintió inmediatamente sorprendido. Recordó cómo hace unos días su líder había querido aprender a cocinar con el Gordo Wang. Cuando relacionó eso con la delgada figura que vio cuando se puso en contacto con el líder hace dos días, Yu Yong sintió de repente que la verdad caía sobre él.

Yu Yong miró la figura oscura y amenazante que era el líder y no pudo evitar hacerse más pequeño. Deseó poder encogerse fuera de la vista del jefe.

Obviamente, esto no funcionó.

Dong Qingzhan lo miró de reojo y dijo en un tono que hizo que Yu Yong se estremeciera hasta los huesos: ―¿Qué intentas hacer, encogerte en una rata? ¿Por qué no te ayudo y cumplo tu deseo?

Yu Yong sacudió la cabeza con horror.

Ahora por fin sabe lo seria que es la ira del gran jefe. ¡¿Cuándo utilizó este tipo de tono siniestro para hablarle?! Yu Yong estaba berreando ahora, y realmente deseaba poder patear a su yo del pasado por pedirle al líder que volviera a la nave espacial.

―¡Si tienes algo que decir, escúpelo! ―Dong Qingzhan se rió en voz alta. ―Y si la razón por la que he vuelto aquí no merece mi regreso... 

―Ja. Ja. 

Este sonido asustó a Yu Yong, y casi se tiró al suelo de miedo. Tembló durante un largo rato.

―Jefe, Wu Fang ha estado activo.

Los ojos de Dong Qingzhan brillaron y se interesó más. ―Habla.

―Ya hice lo que el Jefe me dijo que hiciera antes. Tan pronto como supo que estabas en la Academia Mulis, Wu Fang comenzó a comportarse mal, pero la gente a su alrededor lo persuadió de que no hiciera nada. ―Yu Yong lo miró solemnemente. ―Creo que están tratando de ocultar sus huellas esta vez, debido al desastre que les sucedió a sus planes la última vez. No serán expuestos tan fácilmente.

―Jefe, no parece que podamos chantajearlo esta vez. ¿Quieres renunciar a este plan? 

Dong Qingzhan se rió, pero no había ningún rastro de felicidad en sus ojos inyectados en sangre. ―El viejo zorro Wu Fang ciertamente no se moverá a la ligera. Aunque sepa que estoy en Mulis, no tiene la suficiente confianza para matarme de un solo golpe. No tengo ninguna duda de que se quedará quieto.