Capítulo 56

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El tiempo que duro la clase de danza pareció eterna para todas las personas relacionadas de alguna forma al vigilante arácnido de Queens. Si bien la música clásica lograba calmar los nervios de las féminas, independiente de sus edades, los engranajes de sus cerebros tenían revoluciones astronómicas con los cientos de pensamientos que abrumaban allí.

Maria Hill se hallaba cruzada de piernas en la silla, viendo cómo saltaban sincronizadamente las pequeñas heroínas y villanas que el adulto de cabellos castaños y ojos chocolates cuidaba diligentemente desde el día en que Kang el Conquistador atacó. Se sentía contrariada a lo que podría haber hecho días atrás, cuando logró su libertad de La Balsa, en contra de Spiderman luego de que este le confiase la protección de las pequeñas.

Hope y Anya sentían incertidumbre ante el cúmulo de sucesos que ocurrió, parte de ellas querían seguir a su mentor como una sombra para evitar que algo le pudiese ocurrir, la otra simplemente quería realizar una inquisición donde sus objetivos serían una mutante de pelo morado y una niña con poderes arácnidos y psíquicos.

Ms. Marvel estaba en un estado similar a sus amigas, pero estaba empecinada a obedecer las palabras de su ídolo y mentor, honrándolo en cuidar a las niñas durante el tiempo que él no estuviese presente.

Las mutantes, nerviosas por diversos motivos cada una, se hallaban tentadas a dejar el establecimiento para buscar al héroe temático de araña, ya que nunca lo habían visto tan serio. Rogue sabía que le debía mucho, incluso su propia vida en un principio, pero cuando su colega le relató lo que vio en sus memorias ella supo que nada la detendría de lograr hacerlo feliz. Betsy, por el contrario, trataba de pensar en las mil y una formas de escapar de allí con vida, recordando lo que había visto la noche anterior en el patio trasero.

No obstante, las rejuvenecidas mujeres estaban completamente furiosas mientras danzaban grácilmente. No culpaban a la mini Madame Web por lo sucedido ya que estaba dormido luego una extenuante investigación llevada a cabo por las dos telépatas mutantes que se declararon esposas de Spidey. Pero sí llegaron a un acuerdo de que las dos adultas habían cruzado la línea, una por arrebatarles el primer beso del castaño y la segunda porque quiso imitarla aunque falló miserablemente. Sin contar obviamente el hecho de que cierta pelinegra no parecía aprender sus lecciones sobre no molestar a Peter.

-Muy bien hecho, niñas! La clase terminó por hoy, pueden ir a cambiar y disfrutar del resto del día! – la institutriz aplaudió genuinamente, ya que era una clase magistral la que ella enseñaba, recibiendo como respuesta varias sonrisas y asentimientos mientras las infantes se marchaban presurosas a los cambiadores para luego regresar a donde las demás esperaban e irse.

Nadie se opuso al pedido del adulto que cuidaba a las pequeñas féminas, dirigiéndose en silencio directamente a la mansión en un tiempo récord. Tal era el tácito acuerdo que tenían, que apenas lograron cruzar el umbral de la entrada a la residencia donde dormían, el calor pareció abrumar cada rincón.

-Ustedes se han portado muy mal...- con un semblante oscuro, Jean Grey murmuró al mismo tiempo que un fénix en llamas comenzaba a formarse encima de ella.

Apenas esa imagen se proyectó, Rachel tomó de la mano a Franklin, el cual se asió a su hermana menor, y desaparecieron inmediatamente de allí.

-Oye, Jean...fue solo un pequeño desliz. No es pa....AGHHH!!! – la ninja de morado intentó mediar la situación, solo para ser arrojada contra la puerta que daba al patio trasero por un puñetazo que le dio una diminuta pero enojada She-Hulk.

-Cállate! Tú solo quieres robarnos a nuestra araña! –Felicia exclamó, accionando sus lanza redes en conjunto a Natasha y Anya para amarrar a Anna Marie, aventándola consecuentemente al mismo lugar que su amiga.

Niñeros por obligación!Where stories live. Discover now