Celos [Louis Tomlinson]

• 16: Me importas demasiado •

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Él venía sonriendo hacia mí, yo le sonreí y le di un sorbo al vaso que tenía en las manos.

— ¿Qué le has hecho a Niall? Está más rojo que el bote de Ketchup.

—Nada, solo le dije que invitara a Ainhoa a cenar, y se puso así.

—Ah, claro, por eso, el duendecillo esta loquito por tu amiga.

—Ya lo sé, a ver si en la cena del viernes hablan y eso.

—Sí, ya estoy deseando que llegue esa cena.

—Y yo, así te presento a Julissa, la hermana de Ainhoa, verás que bien te cae.

— ¿Hope? —

— ¿Qué? —

—Esto no será una encerrona para que me fije en tu amiga, ¿no? —

— ¿Qué? No, no... ¿Qué dices? Solo es una cena, normal, de amigos.

— Hope...Te conozco—Sonreí tensamente y Harry se acercó a mí.

—Odio que me conozcas.

— Hope...Aunque me presentes a miles de chicas, me seguirás gustando tú, te seguiré queriendo a ti, esto se me pasará cuando se me tenga que pasar, no conociendo a otra chica.

—Vale...Pero al menos conócela, date la oportunidad, créeme, es perfecta para ti.

—La chica que es perfecta para mi, está saliendo con uno de mis mejores amigos—Yo agaché la cabeza, me dolía escuchar a Harry decir eso.

—Harry... —

—Sh, no digas nada, y deja de buscarme chica, una novia no va a hacer que te olvide.

—No quiero que sufras, Harry.

—No te va a gustar esto que voy a decir, pero...La única manera que hay de que no sufra, es que dejes a Louis y salgas conmigo.

—Eso no va a pasar.

—Lo sé, por eso estoy así...Pero se me pasará, supongo.

—Espero que sí, quiero poder estar contigo normal, sin sentirme culpable por estar con Louis, y poder decirte lo mucho que te quiero sin que te haga daño, porque no es de la manera que tu quieres.

—Escuchar un te quiero de tus labios me eleva a otro mundo, un mundo donde tú y yo estamos solos, donde Louis no existe y me amas a mí.

—Harry...No te hagas esto... —

—Joder...Te juro que lo intento, pero te veo y se me van las ganas de luchar contra esto que siento, no hago daño a nadie queriéndote.

—Te haces daño a ti mismo, Harry.

— ¿Y qué más da? —

— ¿Como que, qué más da? No quiero que sufras.

— ¿Por qué? —

—Porque te quiero, me importas demasiado—Nos quedamos mirando fijamente, entonces apareció Louis.

— ¿Estáis bien? —Harry se separó y se pasó una mano por el pelo.

—Si...Solo, solo hablábamos, adiós—Salió de la cocina rápidamente. Sentí una cosa rara en mi pecho.

No debí de decir eso ultimo que dije.

Harry se podía confundir, y yo no quería eso. Louis se acercó, me acarició la cara y me besó en la frente.

—Venía a decirte que me voy a duchar y ya nos vamos, ¿vale? —

—Vale...Yo estaré aquí.

— ¿Estás bien? ¿Pasó algo con Harry? —

—No, nada, estábamos hablando de la cena del viernes, que le hace ilusión.

—Oh, genial, no tardo princesa.

—Tomate tu tiempo—Me dio un beso rápido y subió hacia su cuarto. Yo solté un gran suspiro, me estaba agobiando, me comía la cabeza pensando en que a lo mejor había metido la pata diciéndole a Harry que lo quería y me importaba, pero es que era verdad, lo quería, y muchísimo, y me importaba; está claro, cuando quieres a alguien te importa lo que le pase.

Me quedé un rato en la cocina dando vueltas, de fondo escuchaba a los chicos gritar cosas sobre el partido, pero no les hacía caso, tenía mi propio partido en la cabeza, miles de sentimientos corriendo detrás de una pelota, que en este caso, era mi corazón.

Después de que Louis terminara de arreglarse, nos fuimos hacia el restaurante. Al llegar, estaba todo oscuro.

—Creo que está cerrado.

—No del todo, lo cerraron pero para nosotros, princesa.

— ¿Qué? —

—Lo que oyes, pedí que lo cerraran para poder cenar a gusto con mi novia.

— ¿Te he dicho ya que eres un amor? —

—Sí, pero me encanta escucharlo.

—Eres un amor.

—Te amo—Se acercó y me dio un beso. Me cogió de la mano y caminamos hacia dentro del restaurante. Había un montón de velas que dejaban ver un lugar precioso, era tan hermoso, me encantaba. Caminamos hacia la mesa y Lou corrió mi silla para que yo me sentara.

—Gracias.

—De nada, princesa—Le sonreí y él se sentó a mi lado. Nos trajeron la cena y un ramo de rosas que Louis había encargado para mí. Me emocioné tanto, Lou era perfecto, entonces saqué la cajita que tenía en mi bolso.

—Toma, no es mucho, ni nada tan maravilloso como lo tuyo per... —

—Sh, todo lo que venga de ti va ser mil veces mejor que todo lo que yo puedo hacer por ti.

—No seas tan perfecto.

—Tú me haces ser así princesa, por eso te amo.

—Eres perfectamente perfecto, te amo—Nos besamos un rato—Ábrelo—Le dije cuando nos separamos. Le acerqué la cajita y él la abrió.

—Dios, ¿es lo que creo que es? —

—No sé qué es lo que tú crees que es, pero son dos cadenitas, en ellas ponen nuestros nombres y la fecha en que empezamos a salir, como ya tenemos los anillos con la fecha en que nos conocimos...Pues nos faltaba algo con esta fecha tan importante.

—Oh princesa, eres magnifica, de verdad que nunca me cansaré de dar las gracias al cielo por estar contigo, eres la mujer más perfecta que existe.

—No me digas esas cosas que me pongo roja.

—Pues mejor, adoro verte sonrojada—Se acercó a mí y nos dimos un beso intenso y apasionado.