• 20: ¿Por qué sigue en tu vida? •

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Estaba colocando la mesa, cuando sentí unas manos en mi cintura. Me di la vuelta y vi a Louis sonreír, yo lo miraba seriamente. Él se mordió el labio y agachó la cabeza.

— Hope, yo... —El tono de mi móvil lo interrumpió, yo no quería cogerlo, no me interesaba escuchar a otra persona que no fuera Louis, pero Lou me dijo que atendiera.

— ¿Si? —

— Hope... —

— ¿Jey? —Entonces, Louis frunció el ceño y me quitó el móvil. Colgó y lo dejó sobre la mesa— ¿Pero qué?... —Lou se llevó las manos a la cabeza y suspiró pesadamente.

— ¿Por qué te llama? ¿Por qué sigue en tu vida? —

—No lo sé, no me dejaste preguntarle.

—Pues llámalo eh, por mi no te preocupes, se ve que quieres hablar con él... —

— ¿Pero qué te pasa?... ¿Por qué estas así? —

— ¿Así cómo? ¿Eh? Dime, ¿así como? —

—Así de...Decepcionante—Agaché la cabeza y Louis se quedó congelado. Dio un paso hacia mí, pero el timbre sonó. Louis tenía una mano extendida hacia mí, yo lo aparté y fui hacia la puerta.

Abrí y eran los chicos. Los saludé y antes de poder hacer nada; Niall me cogió de la mano y me llevó hasta la terraza, donde nos sentamos en una hamaca a hablar.

— ¿Me vas a contar que te pasa? —Lo abracé y le conté todo. Los celos excesivos de Louis y lo mal que me sentía por hacerle daño a Harry. Niall me abrazó fuertemente y estuvimos hablando hasta que volvió a sonar el timbre.

—Esa seguro es tu amada—Él sonrió y se sonrojó.

— ¿Qué dices? No digas tonterías... —

—Sí, claro, tonterías...Vamos anda, estarás deseando ver a tu amada—Me hizo cosquillas y entramos riendo; cosa que al parecer a Louis no le gustó, porque nos miro frunciendo el ceño.

Vi que Harry estaba abriendo la puerta y sonreí; mi plan empezaba, solo deseaba que Harry y Julissa se gustaran. Todos las saludamos y fuimos hacia la mesa del comedor. Harry me ayudó a llevar la comida.

—Hopy... ¿Pasó algo antes con Louis por mi culpa? —

—No Harry, tú no tienes la culpa de nada...Es Louis que...Ags, da igual... —Cogí la bandeja y me dirigí al comedor. Harry me miraba con pena, pero yo le sonreí y le guiñé un ojo.

La cena fue normal, se puso algo más interesante a la hora del postre. Todos estábamos hablando, entonces, me fijé en Niall, quien estaba haciendo gestos raros. Dirigí mi mirada hacia donde él estaba mirando y vi a Ainhoa con la boca manchada por el helado. Ella tenía cara de no estar enterándose de nada, después de un rato, Niall suspiró y se levantó. Fue hacia ella, le agarró la cara con las dos manos y la besó. Al rato se separó.

—Que tenias helado en los labios, pero ya no... —Ambos sonrieron y Niall volvió a su sitio. Ainhoa se quedó en una nube durante el resto de la noche.

Después de estar varias horas hablando, Zayn y Liam se fueron con Perrie y Danielle. Niall le ofreció a Ainhoa llevarla a casa, así que se fueron, llevándose a Julissa, quien no dejaba de ver a Harry, pero él estaba mirando a la nada, como perdido.

Después de que se fueran todos, yo me puse a limpiar los platos. Todo estaba en silencio, y de repente, se oyó música. Sonreí levemente al reconocer la canción, era la misma que bailamos Louis y yo el día que cumplimos un mes de novios.

Como han cambiado las cosas desde ese día.

Louis había cambiado, y en el fondo, tenía miedo de que se convirtiera en un Lou muy diferente al Louis del que yo estaba enamorada.

Sentí como me abrazaba por la espada, acariciándome la barriga con la yema de sus dedos, había metido las manos por debajo de mi camisa. Me dio varios besos en el hombro, me apartó el pelo, y sentí su respiración en mi oreja.

—Te amo, princesa—Se me resbaló el plato, pero por suerte se cayó en el fregadero y no se rompió. Me incliné un poco para cogerlo, escuché un suspiro proveniente de Louis y sonreí. Me sequé las manos y me di la vuelta. Louis se acercó rápidamente y me besó. Yo dejé caer el trapo que tenía en la mano y rodeé su cuello. Él me levantó y yo me agarré a su cintura con mis piernas. Él se dio la vuelta y me sentó sobre la mesa, en aquel momento, no hacían falta palabras, con besos, caricias y abrazos, ya estábamos hablando.

Los dos estallábamos de pasión, y se notó cuando Louis me quitó la camisa y me recostó sobre la mesa. Se quitó su camiseta y se apoyó con cuidado de no dejar todo su peso sobre mí. Nos besamos salvajemente, mientras yo desabrochaba su pantalón, él me quitaba el sujetador, y sin importarnos que estábamos en la cocina, lo hicimos ahí mismo.

Me desperté y reconocí rápidamente el salón. Estaba tumbada encima de la alfombra de piel que había enfrente de la chimenea. Sentí unas manos en mi espalda haciendo círculos, me giré lentamente y ahí estaba Louis con esa sonrisa que me mataba de amor. Me acerqué y lo besé.

—Buenos días, mi amor.

—Buenos días, princesa, ¿cómo dormiste? —

—Mejor imposible, ¿no ves que dormí contigo? —

—Te amo preciosa, eres lo mejor de mi vida—Nos besamos y dimos unas cuantas vueltas por la alfombra. Louis empezó a hacerme cosquillas y yo le besé el cuello dejándole una marca.

— ¿Quieres desayunar? —

—Claro, princesa.

—Bueno...Pues te lo hago con una condición... —

—Mmm...Dime.

—Que me des un besito—Le dije sacando el labio inferior y poniendo cara de cachorrito.

—Uno no, mil... —Puso una mano en mi espalda y me hizo ponerme encima de él. Empezamos a besarnos separándonos solo unos centímetros para coger aire. Entonces, me senté sobre su cintura e hice unos movimientos circulares con mi cadera.

—Oh...Qué golpe bajo...Haces esto ahora que te vas a levantar, ¿no? —Sonreí con malicia y me incliné hacia delante.

—Si... —Le susurré en el oído. Se le pusieron los pelos de punta y yo me sonrojé al verlo así.

—Eres malvada, pero ya me las pagaras—Me volví a poner recta y volví a hacer movimientos sobre su cintura. Me levanté y me vestí.

Él me miraba todo el rato mientras se mordía el labio.

— ¿Y si dejamos el desayuno para más tarde, y vienes aquí conmigo? —

— ¿Para qué? —Le pregunté mientras levantaba las cejas seguidamente.

—Pues... —Él recorrió mi cuerpo con la mirada y se volvió a morder el labio—Para darte un recordatorio de lo que pasó anoche, por si se te olvidó... —Me reí y Lou me siguió. Negué con la cabeza y entré a la cocina.

Empecé a preparar el desayuno, escuché que mi móvil sonaba, pero no lo cogí, las tostadas se me quemaban. Sonó varias veces más, saqué las tostadas y puse los cafés sobre una bandeja. Fui hacia el salón y vi a Louis con mi móvil en la mano. Estaba serio, y frunciendo el ceño. Entonces, mi felicidad se fue por la borda.

— ¿Sabes que Louis? No me digas nada, ni abras la boca, quiero desayunar en paz—Caminé con rabia hasta la mesa y dejé la bandeja; el café se derramó un poco, pero no me importó. Me senté y mordí una tostada con furia. Louis se sentó a mi lado, sin decir nada y era lo mejor en ese momento.

Celos [Louis Tomlinson]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum