Celos [Louis Tomlinson]

• 27: Te amo •

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Estaba asustada, las piernas me temblaban, no podía estar pasándome eso a mí.

—Claro, mi vida, la próxima vez que te lo diga, ya no será señorita, si no señora Tomlinson. ¿No suena perfecto? —Suspiré aliviada, todos mis miedos se esfumaron.

—Claro que suena perfecto, todo lo que tiene que ver contigo suena perfecto, amor.

—Eres tan maravillosa, mi vida, no veo el momento de que entres por esa puerta, y aceptes ser mi esposa—Entonces, escuché la puerta abrirse.

—Venga, Hope, que llegamos tarde, y es un largo camino.

—Mi amor, tengo que colgar, mi madre me echa de casa.

— ¿Estás hablando con Louis? ¿Pero esto qué es? Cuelga ya.

—Adiós, princesa, te veo en el altar, si no me ves, soy el que está al lado del cura temblando como un flan. Te amo, te amo, te amo.

—Te amo, te amo, te amo muchísimo, Louis Tomlinson—Mi madre me quitó el teléfono—Hey, estaba hablando.

—No hay tiempo, Joel lleva rato esperándote, venga. Oye, Louis no me la distraigas, ahora la ves—Y sin dejarle hablar más, colgó. Me reí y empecé a caminar hacia la puerta—Te ves hermosa, hija—Miré hacia atrás y le sonreí. Le guiñé un ojo y salí por la puerta.

Las chicas y ella me ayudaron con la cola del vestido, hasta que entré a la limusina que había alquilado Joel para mi boda; cosa que no me esperaba de él, pero, tanto tiempo con nosotros, ya podía considerarlo como un padre para mí. Hacia todo lo necesario para que yo sonriera, y eso era increíble, tener un segundo padre, aun que nunca olvidaría al mío, eso estaba claro.

Después de un largo viaje, llegamos, las chicas y mi madre me ayudaron a bajar, acomodándome el vestido. Mi madre se fue para dentro con las chicas, Joel me puso su brazo para que entrelazara el mío, y así lo hice. Acto seguido, comenzamos a caminar hacia dentro.

—Te ves hermosa, Hope.

—Gracias, Joel, gracias por todo, por la limusina, por preocuparte, y lo más importante, por hacer feliz a mi madre—Él sonrió, y me acarició la mano.

—Se que en algún momento, no te gustó mi relación con tu madre, pero ella es maravillosa, y no pude evitar enamorarme de ella.

—No me gustó, pero créeme que ahora sí, me encanta que hagas feliz a mi madre, y...Y que no quieras ocupar el sitio de mi padre.

—No pretendo ocupar el sitio de tu padre, nunca lo pretendí, adoro que siga en vuestras mentes y corazones, nunca pensé eso...Ni se me pasó por la mente ocupar su sitio, solo quería hacerte feliz a ti, y a tu madre, y...Puede que este no sea el momento, pero ahora te vas a casar, y te iras de luna de miel...Quiero...Quiero que me des tu consentimiento para casarme con tu madre, te puede parecer una tontería, pero si tú no estás de acuerdo, no puedo casarme con tu madre, porque te quiero—Paré mis pasos, justo en el momento que dijo lo de casarse con mi madre.

¿Casarse? ¿Joel y mi madre?

—Claro que tienes mi consentimiento, oh dios mío, hoy no podría ser más feliz—Me acerqué y lo abracé—Yo también te quiero a ti Joel, y me alegrara muchísimo que entres a la familia—Él se separó y tenía los ojos llorosos.

—No sabes lo feliz que me acabas de hacer.

—Se que te dirá que si, y no puede haber mejor candidato para marido de mi madre, que tú—Joel se pasó un dedo por debajo de sus ojos y sonrió.

—Bueno vamos, no hagamos esperar al novio—Asentí y comenzamos a caminar otra vez.

Los nervios volvían a salir. En cuanto entramos, la música comenzó a sonar, y eso hizo que mi corazón empezara a latir descontrolado. Según iba caminando, iba viendo a todas las personas que quería que estuvieran ahí, hasta mi primo James, me alegró tanto verlo ahí, hacia mucho que no lo veía; aun que ya estaba acostumbrada. No faltaba nadie, y eso me alegraba, quería que todos me acompañaran en el comienzo de mi nueva vida al lado de Louis, el responsable de mi alegría, y de que mi corazón latiera cada día.

Mis pensamientos quedaron interrumpidos, al ver a mi futuro marido sonriendo al lado de mi mejor amigo, y del cura. Sonreí al verlo, parecía nervioso, y Niall también, movía las piernas como una gelatina, por alguna razón, se me vino a la mente que seguro tendría hambre; y me reí por mi pensamientos.

Caminé junto con Joel, hasta donde me esperaba Louis. Cuando llegamos, Joel me agarró la mano.

—Espero que seas feliz toda la vida, hija—Algo se removió en mi interior cuando escuché esas palabras de Joel. Él seguía con los ojos llorosos, le agarró la mano a Louis y la juntó con la mía—Hazla feliz Louis, te llevas un gran tesoro, no la quiero ver sufrir nunca.

—No te preocupes Joel, la cuidaré con mi vida, me dejaré la piel en hacerla feliz día a día—Joel sonrió y se alejó un poco, pero yo le cogí el brazo.

—Otra vez, gracias por todo...papá—Joel soltó una risita junto con lágrimas. Se acercó rápidamente y me abrazó. El cura tosió y Joel se separó pidiendo perdón y sentándose al lado de mi madre. Vi como ella le decía algo y él la abrazaba. Sonreí ante esa escena.

— ¿Preparada para ser mi esposa? —Esa voz me sacó de mis pensamientos. Me giré a verlo y le sonreí.

—Estoy preparada desde que te conocí—Nos pusimos delante del cura, y él empezó a decir lo típico que se dice en las bodas.

Mientras Louis y yo nos mirábamos con una sonrisa única.

—Si, quiero—Dijo Lou con decisión, y sin una pizca de dudas.

—Sí, acepto—Dije con alegría, casi al borde de las lágrimas.

—Aquí empieza nuestra vida, nuestro para siempre.

Louis me puso el anillo y yo se lo puse a él.

—Ya puede besar a la novia—Nos besamos, y así, nos convertimos, en marido y en mujer.

En aquel momento, por mi mente, pasaron todos los momentos con Louis, los buenos, y los malos. Sonreí levemente, al verlos pasar por mis ojos como una película. No me podía creer que después de un año peleándonos, discutiendo, insultándonos, ignorándonos, ahora estábamos casados, unidos para siempre, y los dos sabíamos perfectamente, que ya nada, ni nadie, podría separarnos. Porque nacimos el uno para el otro, y ahora, si podía decir con mucho orgullo, y sin nervios, que era la señora Tomlinson.