Capítulo Uno

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CAPÍTULO UNO| WARM WELCOME

HABÍAN PASADO TRES SEMANAS y dos días desde que tuve la peor charla de la vida, había ido a cursos intensivos para aprender al menos algo de inglés, había hecho largas filas para poder sacar mi pasaporte y leído cientos de artículos sobre cómo tra...

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HABÍAN PASADO TRES SEMANAS y dos días desde que tuve la peor charla de la vida, había ido a cursos intensivos para aprender al menos algo de inglés, había hecho largas filas para poder sacar mi pasaporte y leído cientos de artículos sobre cómo tramitar una visa de estudiante para ir a America.

También me había tomado el tiempo de investigar al hombre que decía ser mi noble salvador, el multimillonario Bruce Wayne, un hombre que contaba con una gran empresa y al parecer tenía un gran corazón para poder llevarme hasta el y mantenerme a salvo.

Además también me habían dado una vaga idea del cual por qué mi vida no estaba del todo segura, el principal sospechoso de atentar contra mi integridad era mi padre biológico, el cual no tenía ni la más remota idea de quién era.

Había durado quince años tratando de mantener una vida tranquila y en orden, y para mi mala suerte todo eso se había ido al caño en menos de un mes. Me dolía dejar mi hogar, me causaba pánico tener que salir mi zona de confort, pero me aferraba a la idea de que solo sería temporal, que ni siquiera tendría tiempo de aprenderme los nombres de los demás niños cuando ya estaría de regreso, sana y salva.

El viaje duraba aproximadamente siete horas, las cuales pensaba dormir pero una parte de mi me decía que empacara cosas por si el sueño se me espantaba. Así que solo lleve conmigo un libro, mis audífonos y mi laptop con dos películas descargadas. Antes de salir de mi casa me puse una sudadera color menta y un pantalón de mezclilla holgado junto con unos tenis blancos, el conjunto más cómodo que podía usar aparte de mi pijama.

Subí al auto en la parte trasera, eran las seis de la mañana y sol apenas salía por el cielo, solo me dediqué a ver por la ventana, perdida en mis pensamientos. Ni siquiera me había ido y ya extrañaba mi hogar, ya extrañaba la tranquilidad de mi pacifico cuarto, la comodidad de mi cama, la sensación de seguridad que emanaba mi vecindario.

Una vez adentro, el aeropuerto se notaba con más movimiento pero sin volverse caótico, yo estaba tomada de la mano de mamá Meave como si me tratase de una niña pequeña pero de cierta así era como sentía en esos momentos, pequeña, indefensa e insegura.

La azafata llegó por mi pero mis madres insistieron en acompañarme lo más posible, una vez llegamos en donde checan los boletos solté la mano de mi madre. Las miré a ambas, no sabía cómo iba a arreglármelas sin ellas, no tenía ni idea de lo que sería de mi. Me despedí con un abrazo, le di a cada una un beso en la mejilla y empecé a caminar hacia el avión, no volteé atrás ni una sola vez pues eso solo me haría ponerme nostálgica y lo ultimo que quería era llorar.

Una vez en el avión me senté de lado de la ventana y miré hacia afuera, habían trabajadores caminando por toda la pista, se veían como hormigas, verlos desde aquí arriba me hacía sentir de cierta manera superior.

𝐈𝐍𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐓,     damian wayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora